Tras anunciar que volvería a la política luego de superar el cáncer de laringe, el ex presidente Inácio Lula Da Silva echó por tierra ayer las especulaciones que lo daban como próximo candidato a presidente en 2014. “Mi voluntad ahora es ayudar a Dilma Rousseff a ser mejor presidenta y trabajar por su reelección, en la cual tendré el inmenso placer de ser su paladín y de apoyarla”, dijo. Según Lula, la única posibilidad de que Rousseff no obtenga la reelección es que ella no la quiera. Consultado acerca de la posibilidad de postularse para un tercer mandato como presidente, Lula no dejó mucho lugar a la especulación. “Esas cosas usted no las decide ahora. Un bello día usted no quiere una cosa, de repente se presenta una oportunidad y usted participa. Pero no sería fácil repetir lo que hice. Yo siempre tendré a mí mismo como adversario. ¿Para qué buscar problemas si puedo ayudar a otras personas?”, dijo.
Lula, quien según los médicos logró la remisión total de su tumor maligno, comparó los tratamientos de quimioterapia y radioterapia a que se sometió con una bomba atómica y aseguró que llegó a sentir que hubiera preferido pasar en coma parte de esas terapias.
“Tenía más preocupación de perder la voz que de morir”, dijo y agregó: “Si perdiera la voz, estaría muerto. Hay personas que dicen que no tienen miedo de morir, pero yo sí tengo. Si supiera que la muerte está en China, yo voy para Bolivia”.
Estas declaraciones forman parte de la primera entrevista que Lula ofreció después de confirmarse la desaparición del tumor contra el cual realizó un duro tratamiento de tres sesiones de quimioterapia y 33 de radioterapia. “Las personas no saben qué es peor, si la quimioterapia o la radioterapia; unos dicen que es la quimio, otros que es la radio; para mí, las dos son un desastre; una es una bomba de Hiroshima y la otra no sé qué bomba es; las dos son arrasadoras”, opinó Lula.
El ex mandatario llegó a bajar 18 kilos desde que se le diagnosticó el cáncer, el 29 de octubre del año pasado, y ahora tiene la garganta inflamada por los efectos del agresivo tratamiento.
Al respecto, reveló que añora levantarse un día sin esa situación y poder comer un pan con capa gruesa y tragar sin dolor. “Esta enfermedad, según creo, es la más delicada de todas, es avasalladora”, dijo. Reveló que el peor efecto del proceso curativo fue la náusea que le provocó.
“La boca no soporta nada, nada, nada, nada”, dijo el ex presidente, quien sigue estando más de 15 kilos por debajo de su peso normal.
“El cáncer está resuelto, pero tengo que realizar un tratamiento todavía por algún tiempo; tengo que mantener disciplina para evitar que pase algo”, indicó. Consultado sobre su anunciado retorno a la vida política brasileña, señaló que tomará las decisiones con el tiempo. “Ahora no cumpliré la misma agenda loca y alucinante que hice en los diez meses posteriores a dejar la presidencia”, aseguró.
“Voy a hacer menos cosas, con más calidad, participar de las elecciones (municipales de octubre venidero) de forma más selectiva, ayudar a mi compañera Dilma en aquello que ella entienda que yo pueda ayudar”, detalló, y añadió: “Volveré más tranquilo, el mundo no se termina la semana que viene”, dijo.
Sobre la candidatura de Fernando Haddad a la prefectura de San Pablo por el Partido de los Trabajadores gobernante, el ex presidente aseguró que es la mejor propuesta y vaticinó una sorpresa similar a la acontecida con Rousseff, cuando muchos no creyeron que ella fuera capaz de ganar la presidencia brasileña. En cuanto a su posible postulación, aseveró que pocos brasileños tuvieron la suerte de pasar por la presidencia de la forma exitosa en que lo hizo él. Lula había sido internado en 2011 en el Hospital Sirio Libanés de San Pablo por un cáncer en la laringe, que se había detectado luego de que el ex presidente se quejara por unos ronquidos molestos que lo despertaban mientras dormía. Hasta ese momento, cumplía con una abultada agenda que lo llevaba por distintas partes del mundo como parte de la comitiva diplomática de la presidenta Rousseff, de quien se declaró un soldado. Al afirmar que el cáncer había sido superado y que volvería a la política, muchos especularon que podría postularse para un tercer mandato en 2014.