Presionado por los ultraortodoxos que lo acompañan en la coalición gobernante, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, hizo una movida de ajedrez: interrumpió el diálogo con el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas (ONU) que investiga los asentamientos israelíes en Cisjordania. La decisión fue comunicada a través del Ministerio de Asuntos Exteriores, que ordenó a su delegación diplomática de Ginebra que corte cualquier tipo de contacto con el organismo de la ONU e ignore todas las llamadas telefónicas que intenten hacerle. El gobierno israelí responde, de este modo, a la decisión del Consejo de abrir una investigación sobre los emplazamientos que realizan los colonos en territorio cisjordano, aprobada el jueves pasado, aunque la realidad refleja el conflictivo frente interno que tiene abierto por ese tema.
La coalición en el poder enfrentó un nuevo tembladeral provocado por el partido nacional religioso Habait Hayehudi, que amenazó con abandonar el frente político que mantiene con Netanyahu debido a la orden judicial de desalojo del mayor asentamiento en Cisjordania. El Tribunal Supremo israelí rechazó la solicitud del gobierno de aplazar el desalojo hasta 2015 y los ultraderechistas amenazaron con salir del gobierno si el puesto externo de Migron era desalojado. La fiscalía israelí y los residentes de Migron habían llegado antes a un acuerdo para el desmantelamiento pacífico de este espacio enclavado al norte de Jerusalén.
En principio, el Tribunal Supremo ordenó el desalojo de este puesto externo para fines de marzo, porque la construcción se hizo en un terreno privado palestino y, según este acuerdo, los colonos tendrían tres años para ser realojados en el asentamiento oficial de Psago, ubicado a dos kilómetros de allí. Netanyahu aclaró que su gobierno acatará la sentencia, pero a las pocas horas dio a conocer la información de la interrupción del diálogo con el Consejo de Derechos Humanos de la ONU. Las autoridades israelíes ordenaron igualmente que se prohíba la entrada en la zona a la comisión creada por el Consejo para investigar la construcción de asentamientos en Cisjordania.
“No vamos a permitir que los miembros del Consejo de Derechos Humanos visiten Israel. Nuestro embajador ha recibido instrucciones de ni siquiera contestar las llamadas telefónicas”, explicó un responsable de la Cancillería israelí al diario Haaretz. La fuente también menciona a la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de la ONU, Navi Pillay.
“El secretariado del Consejo de Derechos Humanos y Navi Pillay provocaron este proceso creando una comisión internacional de investigación sobre los asentamientos. En consecuencia, no vamos a colaborar con ellos http://www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/4-190575-2012-03-28.htmla partir de ahora y no acudiremos al Consejo”, explicó, según informa la agencia de noticias Europa Press.
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