El pueblo costero de Farallón es famoso en Panamá por sus playas, por su actividad pesquera y porque en él el general Omar Torrijos tenía una residencia de descanso. Ahora también es conocido porque uno de sus vecinos, Adrián Vázquez, sobrevivió 27 días a la deriva en alta mar. Pero si el joven Adrián, de 18 años, a quien todo el mundo conoce en Farallón como Santi, tuvo la suerte de ser rescatado por un buque atunero cerca de las Galápagos, a más de mil kilómetros de la playa de donde partió, sus dos acompañantes no tuvieron la misma suerte. Según el relato que el propio Santi hizo al capitán del pesquero ecuatoriano "Duarte 5" cuando lo rescataron, sus acompañantes, Elvis Oropeza Betancourt, de 31 años, y Fernando Osorio, de tan sólo 14, no aguantaron lo que soportó él y fallecieron por inanición. Santi no puede hablar aún de lo que le pasó, y reposa casi en total silencio, pero arropado por su familia, tendido en una tumbona colocada en el patio de su casa en un humilde barrio de este pueblo panameño de pescadores a unos 130 kilómetros de la capital.
El padre, Arnaldo Vázquez, ni siquiera ha permitido que los policías que acudieron a su casa a indagar lo sucedido pudieran hablar con el joven, porque aún "no es conveniente".
"Este 'pelao' es duro, este 'pelao' es fuerte", dice Arnaldo Vázquez totalmente confiado en la recuperación física y anímica del joven, a quien por momentos aún se le ve con los ojos vidriosos y la mirada perdida, y que recibe atención psicológica.
El joven, que regresó a Panamá desde Ecuador en la tarde del pasado martes, tras haber permanecido más de un mes sin ver a sus familiares, aún recibe suero debido a la fuerte deshidratación que sufrió en el naufragio, pero sigue sin querer hablar de lo sucedido.
"Este 'pelao' es duro, este 'pelao' es fuerte", dice Arnaldo Vázquez totalmente confiado en la recuperación física y anímica del joven, a quien por momentos aún se le ve con los ojos vidriosos y la mirada perdida, y que recibe atención psicológica.
El joven, que regresó a Panamá desde Ecuador en la tarde del pasado martes, tras haber permanecido más de un mes sin ver a sus familiares, aún recibe suero debido a la fuerte deshidratación que sufrió en el naufragio, pero sigue sin querer hablar de lo sucedido.
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