La OMS calcula que las enfermedades infecciosas,
que comprenden las hepatitis de las A hasta la E, causan la muerte de
1,4 millones de personas anualmente. Recomiendan la vacunación para
prevenir la hepatitis A y B
El Nacional Web/ Información de la Clínica Mayo 28 de julio 2014 - 08:35 am
Cada 28 de julio, la Organización Mundial de la Salud y sus aliados celebran el Día Mundial contra la Hepatitis, para
acrecentar la sensibilización y lograr mayor efectividad en las medidas preventivas.
La
hepatitis viral, un grupo de enfermedades infecciosas que comprende las
hepatitis A, B, C, D y E, afecta a millones de personas en todo el
mundo, puesto que provoca hepatopatías agudas y crónicas y causa la
muerte de cerca de 1,4 millones de personas cada año, afirma la máxima
autoridad mundial en salud.
Una alimentación equilibrada, bajo consumo de alcohol y la vacunación contra la Hepatitis A y B pueden prevenir que el hígado se enferme. La primera de las vacunas se
aplica dos veces, después de la primera dosis a los 30 días y tiene una
validez de diez años. Por su parte, la vacuna contra la hepatitis B se
aplica tres veces, después de la primera dosis a los 30 días y luego a
los dos meses.
Falla hepática aguda
Una de las principales funciones que cumple el
hígado es ayudar a la desintoxicación del organismo, al metabolizar substancias potencialmente dañinas tornándolas en inocuas. Es por ello que, si bien la
falla hepática aguda es
una patología de muy rara ocurrencia (en Estados Unidos se presentan al
año 2.000 casos en una población de sobre 315 millones), debe ser
prontamente detectada por el rápido deterioro que causa en la salud de
quien la padece, y que la vuelve una innegable amenaza. Presenta altas
tasas de mortalidad y morbilidad y afecta principalmente a personas
jóvenes.
La hepatitis viral y medicamentos, como paracetamol y diclofenaco, entre muchos otros pueden llevar a sufrir esta condición.
El afectado debe ser derivado, lo antes posible, a una unidad de
cuidado intensivo y luego, si procede, a la unidad de trasplantes.
Sobre el particular, la
doctora Maria Luisa Yataco, especialista del Departamento de
Trasplantes de la División de Gastroenterología y Hepatología de la
Clínica Mayo de Jacksonville, Florida, responde a varias preguntas.
¿En qué consiste una falla hepática aguda?
Es
un rápido deterioro de la función del hígado, de inicio súbito e
intenso. Se manifiesta en ictericia, que es un estado en que piel y
mucosas toman un color amarillento, por el aumento de la bilirrubina en
el organismo. Este es seguido de encefalopatía hepática, que es un
empeoramiento de la función cerebral debido a la incapacidad del hígado
de eliminar las toxinas de la sangre. Esta última condición se presenta
días y hasta semanas después del presencia de ictericia y en ausencia de
daño hepático previo.
¿
Qué causa esta falla en la salud del paciente?Múltiples
y variados factores. Puede presentarse a consecuencia de una hepatitis
viral aguda, sobredosis de paracetamol o una reacción idiosincrática a
algún medicamento. También, a causa de envenenamiento por ingesta de
setas no comestibles del tipo amanita; hepatitis autoinmune; en las
mujeres la esteatosis hepática o hígado graso durante el embarazo;
acción de agentes químicos; enfermedades como la de Wilson o el síndrome
de Budd-Chiari agudo; infiltración neoplásica en el hígado (metástasis
de cáncer) y también, lamentablemente, por causas que la medicina aún no
logra determinar.
¿Qué podemos decir de cada una de estas hepatitis?En
el caso de la hepatitis viral, puede deberse a virus A, B, C, D o E,
dependiendo en muchos casos del país en que se presente. En Estados
Unidos predomina la hepatitis B, seguida de la A. En Japón, por ejemplo,
predomina el virus B (40% de los casos) y en India los virus B y E
causan el 60% de las hepatitis que llevan a la falla hepática aguda. La
hepatitis viral puede ser causada también por una reactivación del virus
B en pacientes sin enfermedad hepática crónica, debido a quimioterapia o
inmunosupresión; al virus de herpes simple, varicela o herpes zoster,
citomegalovirus y otros similares, como el virus de Epstein-Barr y el
parvovirus.
¿Alguna de estas hepatitis virales es más grave que las demás?La
hepatitis aguda A es la más benigna; rara vez causa una falla hepática
aguda y tiene una tasa de supervivencia de 75% sin necesidad de
trasplante de hígado, siendo de mejor pronóstico en pacientes más
jóvenes. La hepatitis aguda B es más severa; se presenta sola, aunque en
casos excepcionales puede ir junto con el virus D. La supervivencia
del paciente está muy ligada al trasplante de hígado (77% contra un 23%
si éste no se realiza).
En cuanto a la falla hepática aguda
causada por virus herpes, es muy infrecuente y usualmente se presenta en
pacientes con inmunosupresión o embarazadas último trimestre del
embarazo. Esta hepatitis, no presentan ictericia, tienen lesiones
cutáneas sólo en la mitad de los casos y una biopsia de hígado es muy
útil para un acertado diagnóstico.
¿Qué nos puede decir de la falla hepática causada por drogas?El
principal agente que la ocasiona, y probablemente por lo difundido de
su consumo, es el analgésico paracetamol, de uso tan cotidiano, ya sea
consumido intencionalmente en una gran cantidad (intento de suicidio) o
en una dosificación mayor a la recomendada, por varios días. La dosis de
riesgo en adultos sin otros factores de riesgo es de 7,5 gramos diarios
(15 comprimidos de 500 mg) y de 150 miligramos por kilo de peso en
niños. Además, en este caso, hay que considerar otros factores de riesgo
como mala nutrición o ayuno, ingesta de otras drogas o alcohol.
Usted también mencionó una forma de hepatitis autoinmune.Así
es; puede presentarse como una hepatitis común aguda. Es más frecuente
si hay presencia del anticuerpo LKM-1, que implica además problemas
renales, generalmente sin presencia de anticuerpos anti músculo liso.
Debe hacerse una biopsia hepática si se sospecha que puede tratarse de
esta hepatitis autoinmune.
¿
Qué pasos se deben seguir para diagnosticar y evaluar una falla hepática aguda?Se
evalúa la historia personal y los factores de riesgo, como contacto
sexual, embarazo, consumo de drogas “recreativas” (éxtasis,
metanfetamina, cocaína, hongos alucinógenos, estupefacientes en
general), exposición a tóxicos -- ya sea en el ambiente laboral o por
consumo de setas -- herpes labial reciente y presencia de ictericia,
viaje reciente junto a personas enfermas e ingesta de fármacos sin
control médico, incluyendo los de libre adquisición.
A nivel
clínico, presencia de anorexia, heces pálidas, orina oscura, náuseas y/o
vómitos, dolor en el cuadrante superior derecho del abdomen. Además, un
examen físico para determinar si hay enfermedad hepática preexistente,
ictericia, aumento de tamaño del hígado y, en menores de 40 años,
anillos de Kayser-Fleischer, que indicaría enfermedad de Wilson.
También se ordenan exámenes de laboratorio para medir el tiempo de
coagulación, el tipo sanguíneo, gases en la sangre, pesquisar presencia
de drogas, VIH, marcadores de hepatitis viral y autoinmunidad y prueba
de embarazo, tratándose de mujeres en edad fértil. Si el médico lo
considera necesario, pedirá además exámenes por imagen, como Doppler,
tomografías computarizadas de abdomen y tórax, y resonancia magnética
del abdomen. La biopsia hepática sólo se reserva para el caso en que
persistan las dudas sobre el diagnóstico.
¿Cuál es el pronóstico para los pacientes con falla hepática aguda?La
meta es identificar a aquellos que se beneficien con un trasplante. En
Estados Unidos, un 45% sobrevive espontáneamente sin necesidad de él; un
25% adicional corresponde a pacientes trasplantados. Pero el 30%
restante muere sin poder recibir un trasplante de hígado. Tratándose de
la falla renal por hepatitis A, por intoxicación con paracetamol,
isquemia o efectos no deseados de un embarazo, la sobrevivencia
espontánea es de más del 50%.
Por otro lado, indicativos de mal
pronóstico son tener hepatitis B, hepatitis autoinmune, envenenamiento
con setas, daño idiosincrático por drogas, enfermedad de Wilson,
síndrome de Budd-Chiari o trombosis de las venas suprahepáticas y la
falla por causas que no es posible determinar.
Pero los trasplantes brindan una esperanza a quienes sufren esta patología.Exacto,
pero el ser candidato a este procedimiento debe ser rápidamente
detectado. Resulta urgente que el paciente con insuficiencia hepática
aguda sea primera prioridad para un trasplante. Sobre el 65% de los
trasplantados sobrevive después del año de la intervención. El período
crítico son los tres primeros meses, en que se produce la mayor parte de
las muertes, debidas a sepsis o complicaciones neurológicas.
¿En qué personas no se recomienda este procedimiento?En
quienes presentan daño cerebral irreversible, enfermedad cardiovascular
subyacente, infección o sepsis, falla multiorgánica, alza incontrolable
de la presión intracraneana. Sumemos a los que abusan del alcohol o
drogas, a quienes presentan patologías siquiátricas pobremente
controladas o tratadas y a aquellos que tienen un deficiente apoyo
familiar o carecen de él.
Aparte del trasplante, ¿hay otros medios de apoyar a quien sufre esta enfermedad?
Existen
algunos sistemas bioartificiales de apoyo para la purificación
extracorpórea de la sangre, como el equipo alemán “Prometheus”, que es
un sistema de diálisis de albumina y que se utiliza en patologías
hepáticas como las reseñadas. Además, permiten mejorar los parámetros de
encefalopatía, función renal y hemodinámica, con lo que se apoya al
paciente, ya sea hasta que su propio hígado se recupere o bien hasta que
se disponga de un órgano compatible para su trasplante.
Para
más información acerca de los tratamientos para la falla hepática aguda
y otros tipos de problemas del hígado disponibles en la Clínica Mayo en
Jacksonville, Florida, llamar al departamento de Servicios
Internacionales al teléfono 904-953-7000 o enviar un email a
intl.mcj@mayo.edu. Para más información en español, visite
MayoClinic.org/espanol. Twitter: @ClinicaMayo y
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Fuente: http://www.el-nacional.com/salud_y_bienestar/Dia-Mundial-Hepatitis-Conoce-riesgos_0_454154599.html