Se trata de una localidad característica por la diversidad de su flora, ideada por distintos paisajistas. En el último tiempo proyectos inmobiliarios asociados a una tala indiscriminada despertaron una fuerte reacción vecinal. Las complicidades con el Municipio.
Bella Vista, ubicada en el distrito de San Miguel, es desde 1902 la “Ciudad del Árbol”, festividad retomada en 2012. No se trata de una simple declaración. En su fundación, el reconocido paisajista francés Adolfo Sourdeaux arboló calles y lugares pantanosos, en recuerdo de su París Natal.
Se dispuso proteger la forestación realizada en quintas por Domingo Sarmiento y agregó más especies arbóreas, en su búsqueda de un lugar de recreo, de belleza natural para los habitantes, objetivo al que luego se sumó al el arquitecto parquista Carlos Tays.
Sin embargo, ese objetivo de los franceses que dotó de un rasgo identitario de Bella Vista está seriamente amenazado a partir del crecimiento de distintos desarrollos inmobiliarios asociados a una tala indiscriminada que desató distintos reclamos vecinales, que el intendente Joaquín De la Torre parece pretender ignorar.
En particular, las protestas apuntan a la tala de gran parte del “Bosque”, un predio de 25 hectáreas que forma parte de la historia de muchos habitantes del lugar, que citan como pasajes de sus memoria ir a jugar entre sus árboles o la pesca en el arroyo Los Berros, que está dentro de sus márgenes.
En diálogo con INFOCIELO, Esteban Wood, integrante de los vecinos movilizados, resaltó que a principios de 2014 comenzó el loteo de las grandes quintas en pequeñas fracciones y para aprovechar más la superficie “se tiraron abajo varios árboles”
“Este año lo ocupó una emprendedora inmobiliaria y cuando quisimos acordar habían hecho una tala indiscriminada tremenda. Se está destruyendo todo el patrimonio verde para hacer pequeños lotes, countries y barrios cerrados”, enfatiza Wood.
Frente a eso, la agrupación “SOS. No a la tala en Bella Vista” pugna ahora para que el municipio y el Concejo Deliberante escuchen los reclamos y se avance en una medida concreta: declarar a Bella Vista “Zona Ecológica Protegida” y evitar la sangría de árboles que actualmente afecta a la localidad.
Los vecinos se proponen proteger la rica diversidad de flora que existe en la localidad en la que se pueden ver pinos, palos borrachos, lapachos, palmeras, robles, sauces, eucaliptos, tipas, magnolias, casuarinas, variedades de araucarias, alcanfores y plantas de moras.
Sin embargo, chocan con la opinión del jefe comunal, alineado al Frente Renovador. La oposición presentó tiempo atrás un pedido de informes sobre la cuestión que pasó de inmediato al archivo. De La Torre tiene mayoría en el Concejo y al parecer “bajó” la orden de que el tema no pase.
Por su lado, la movilización vecinal presentó en los últimos meses un pedido de informes a la Secretaría de Servicios Públicos “en carácter de demanda”, y luego otro, en el Concejo Deliberante en el que exigen conocer la situación del predio que está siendo talado. Sospechan de la falta de un estudio de impacto ambiental, obligatorio en este tipo de desarrollos inmobiliarios.
Es extraño que el intendente permanezca inmóvil frente a los reclamos. Los vecinos cuentan que Joaquín De La Torre vive en el barrio cerrado Chacra de Alcalá, en frente del predio talado, sobre el que ahora se levanta el proyecto inmobiliario Villa Flaubert. Pero hay más: el responsable de ese proyecto es vecino del mandamás de San Miguel.
Para la organización “No a la tala en Bella Vista”, las casualidades no existen. “Se ha encontrado a personal municipal haciendo pavimentación en calles internas de un barrio cerrado, parece que hay una vinculación muy estrecha entre lo privado y lo público en detrimento de la población”.
La Ley 11.723 de Ambiente en la Provincia de Buenos Aires destaca la posibilidad de convocar a audiencias públicas en relación a proyectos que puedan generar algún impacto ambiental, algo que en este punto no ha ocurrido.
Pero, a su vez, no se trata de la única normativa que parece condicionar la gestión de De La Torre. La ordenanza municipal 65/2005 prohíbe la tala indiscriminada o injustificada de árboles y arbustos en el distrito.
Los vecinos se han organizado e iniciaron una recolección de firmas tanto de manera personal como a través del sitio Change.org para exigir el cese de la tala y la declaración de “Zona Ecológica Protegida”. ”Estamos dando una batalla para defender nuestra identidad”, recalcó Wood.
http://infocielo.com/nota/58256/bella_vista_la_ciudad_del_arbol_que_puede_dejar_de_serlo_por_la_falta_de_control_de_de_la_torre/