¿Qué es el Dakar? Es el rally más taquicárdico del mundo, el que despierta emoción desde 1979 y el que mantiene en vilo a millones de espectadores, antes en África y ahora en Sudamérica. Además, es una lucha contra la fatalidad, que produjo tres muertes en las últimas tres ediciones. Pero el Dakar es también la carrera donde los pilotos amateurs se entretienen y sufren al lado de los mejores del planeta. Es un hobby para aventureros millonarios.
Inscribirse para participar en el Dakar no es fácil, pero tampoco imposible. No se necesita ser un experto en el deporte del motor. Por supuesto, se necesitan ganas de sentir el aire en la cara, mucha sed de aventura, cierta experiencia en rally, una licencia de la federación de automovilismo de su país y además, mucho dinero. Hay mucho recelo sobre cuánto cuesta correr el Dakar. Los protagonistas suelen evadir esa pregunta con respuestas que son verdades a medias.
Los 18.000 dólares de derechos de inscripción para la categoría más económica, los cuatricilos, constituyen apenas la punta del iceberg, ya que se le debe sumar la asistencia mecánica, los transportes, los gastos del visado, los teléfonos satelitales, el combustible y, por supuesto, la compra o el alquiler del vehículo.
En definitiva, reconocen desde dentro de la organización, el presupuesto real para participar en motos y cuatriciclos está en los 180.000 dólares, mientras que para correr en autos hay que gastar 300.000 y en camiones, 500.000. Estas cifras, de todas maneras, pertenecen a los pilotos cuyo objetivo es participar y llegar a la meta, no ganar.
Los pilotos de prestigio, los que pelean por el primer puesto, están respaldados por cifras muy superiores. Para que un auto gane el Dakar se deben invertir, como mínimo, dos millones de dólares. El 80 por ciento de los pilotos que corren el Dakar son aventureros amateurs, por lo general empresarios de gran nivel económico que encuentran en el rally un hobby que asegura adrenalina. Sólo el 20 por ciento de los competidores son profesionales con aspiraciones deportivas.
En la edición 2011, justamente, varios participantes argentinos sin relevancia entre los primeros puestos del rally se quejaban de que la organización, la empresa francesa ASO, no daba el mismo trato a los dos grupos. "Nos penalizan con faltas que a los que compiten por ser campeones no les sancionan", susurraban algunos pilotos que, pese a las quejas, se mostraban fascinados con la experiencia de correr el Dakar. "El año que viene me vuelvo a inscribir, sin dudas", decían quienes un minuto antes se quejaban de los organizadores, aunque de inmediato aclaraban: "Si consigo el dinero, claro".
http://www.elmundo.es/elmundodeporte/2011/12/29/motor/1325185178.html
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