Un grupo de empresarios, dirigentes laborales y funcionarios busca la manera de evitar que la expansión en ciernes del Canal de Panamá reduzca en una cuarta parte las operaciones de carga en el complejo portuario de Estados Unidos.
La terminal conjunta Los Angeles-Long Beach, las ciudades vecinas y empresas ferrocarrileras proyectan realizar mejorías para que esos puertos —que reciben el 40% de la carga asiática de importación— siga siendo competitiva.
Planes. La idea incluye planes para agilizar la colocación de la carga en trenes, eliminar cuellos de botella y aumentar la capacidad. Pero existe cierta resistencia de habitantes, grupos ambientales y otras organizaciones que podrían comprometer el proyecto, según una coalición de empresas, sindicatos y agencias gubernamentales que se autodenomina la Alianza Trabajos Primero.
El periódico Los Angeles Times informó el jueves que gravita la inquietud de que esté en juego la participación de la región en el comercio internacional, sobre todo considerando que el complejo portuario es el sexto más activo del mundo.
La ampliación y profundización del Canal de Panamá, que terminará en el 2014, permitiría que los grandes cargueros eviten los puertos de la Costa Oeste y naveguen directamente a terminales en el litoral de la Costa Este y del Golfo de México.
"En el peor de los casos, podría haber una desviación de (los puertos unidos de) Los Angeles-Long Beach", dijo el economista Paul Bingham. "Eso es más de tres millones de contenedores de carga. Eso implica muchos estibadores sin trabajo, camioneros con menos que cargar y trenes parados".