El combate mundial contra las enfermedades es silencioso, frustrante casi siempre lleno de fracasos, pero ineludible. Pese a los incuestionables avances científicos y médicos, sólo una enfermedad ha sido borrada del mapa definitivamente, la viruela, lo que da idea de la dificultad de la empresa.
Pero a veces hay motivos de celebración. El Centro Carter, que preside el expresidente de los Estados Unidos, Jimmy Carter, anunció esta semana que ya sólo quedan 126 casos en el mundo de la enfermedad del gusano de Guinea, o dracunculiasis, un mal milenario provocado por un parásito que se ingiere en el agua de determinados países africanos.
La prevención de la dracunculiasis es muy simple: se trata de que la gente tome agua no contaminada. Cuando el Centro Carter comenzó a liderar la primera campaña mundial para erradicar al gusano de Guinea en 1986, se infectaban 3,5 millones de personas al año en África y Asia.
“Los casos de la enfermedad del gusano de Guinea continuaron cayendo en 2014 desde los 148 de 2013. Creemos que puede ser erradicada en los próximos años, pero lograrlo va a requerir un gran esfuerzo”, declaró Carter en una muestra sobre el trabajo de su centro realizada en Nueva York.
El centro estima que, con su labor, 80 millones de personas pobres han podido evitar el contagio. De erradicarse la dracunculiasis, sería la segunda enfermedad humana que desaparece por completo del planeta, después de la viruela.
Y sería la primera provocada por un parásito y el primer triunfo logrado sin vacunas o medicinas.
En 1991 había 23.735 pueblos en 21 países de África y Asia en los que la transmisión del gusano de Guinea era endémica.
A finales del año pasado, sólo quedaban 30, todos ellos en cuatro países africanos: Sudán del Sur (70 enfermos), Chad (13), Mali (40) y Etiopía (3).
Otros males por eliminar
Frente al éxito que supuso borrar del planeta a la viruela, la cual había matado a 300 millones de personas desde 1900, el Centro Carter muestra lo sucedido con la poliomielitis.
En 1988 comenzó una campaña mundial de erradicación. Después de que los casos alcanzaron sus valores más bajos, la enfermedad volvió a repuntar por culpa de los conflictos armados en determinadas zonas del mundo cuyos sistemas de salud fueron destrozados.
Los riesgos de una recaída son ahora temibles. En Nigeria, Afganistán y Pakistán los fundamentalistas se oponen a las campañas de vacunación.
En otros lugares, como Siria, la guerra y los desplazamientos de población provocaron un repunte de casos.
En tanto, la oncocercosis sigue siendo la segunda causa de ceguera del mundo y, aunque está prácticamente eliminada en América latina, todavía 120 millones de personas están en riesgo de padecerla.
La filariasis linfática o elefantiasis deforma el cuerpo de sus víctimas en proporciones insospechadas, lo que acarrea el aislamiento social y la marginación. La produce un parásito y amenaza a unos mil individuos en todo el mundo.
Por su parte, la malaria mata a un niño en el mundo cada minuto. No hay lugar para el optimismo de una erradicación cercana, pero desde 2000 los casos se han reducido un 25 por ciento en el mundo gracias los nuevos tratamientos y a las medidas preventivas.
Los científicos exploran cualquier posibilidad, incluso mosquitos genéticamente modificados para que no puedan transmitir la enfermedad.
“Queremos lanzar un mensaje de ánimo a la comunidad médica. Hoy podemos erradicar enfermedades por completo. Por eso, es muy importante que la gente recuerde que todavía existen estas enfermedades”, dijo Carter.
El gusano de Guinea
La larva del gusano se desarrolla durante un año en el organismo. Convertida en lombriz, se desplaza hasta las piernas, donde rompe la piel para depositar sus crías. La extracción del parásito puede durar días. Es muy dolorosa y provoca fiebre.
El texto original de este artículo fue publicado el 17/01/2015 en nuestra edición impresa. Ingrese a la edición digital para leerlo igual que en el papel.
http://www.lavoz.com.ar/ciudadanos/el-mundo-esta-punto-de-erradicar-otra-enfermedad
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