La artista acaba de ser condenada por lavado de activos. Se salvó de ir a prisión.
La vida de Isabel Pantoja es copla pura. En la partitura de su existencia se acumulan versos desgarrados, como los de las melodías que entona con ese garganteo único. El martes no fue su voz la que se escuchó en el último corte de este repertorio, sino el griterío de una turba enardecida que le dedicó, en su mayoría, un recital de insultos: “¡Ladrona!”, le gritaban. (Imágenes de la dura salida de Isabel Pantoja tras condena por corrupción).La tonadillera de 56 años, humillada por la indignación popular a la salida de los juzgados, terminó medio desmayada en el interior de su carro. Se libró de ir a la cárcel, pese a ser condenada a dos años, por lavado de activos, pero no pudo evitar el linchamiento público (hasta el Museo de Cera de Madrid se deshizo de su figura).
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