Sudáfrica y Australia compartirán la ubicación del Square Kilometer Array (SKA), el radiotelescopio más grande y potente del mundo, tan sensible que ayudará a descifrar algunos de los misterios sobre la formación del Universo y, quién sabe, incluso podría detectar la primera señal de vida extraterrestre. Al menos, nadie sobre este planeta tendrá los sentidos más agudos que este extraordinario complejo de 3.000 antenas, 50 veces más sensible y 10.000 veces más rápido que cualquier otro jamás construido. Los científicos responsables del SKA creen que será uno de los proyectos científicos más importantes del siglo XXI e incluso se le considera el equivalente astronómico del Gran Colisionador de Hadrones (LHC).
La decisión de sede compartida entre los dos países finalistas, tomada este viernes en Manchester por el consorcio internacional que lidera el proyecto, ha sido salomónica. Las dos naciones que rivalizaban por hacerse con el radiotelescopio, Sudáfrica y Australia, ya no tendrán que seguir compitiendo. Los factores tomados en cuenta durante el proceso de selección del sitio incluyen los niveles de interferencias de radio frecuencia, la sostenibilidad a largo plazo de una zona tranquila de radio, las características físicas del lugar, la conectividad de una red de datos a larga distancia, los costes operativos y de infraestructura, etc. La decisión fue tomada por los miembros de la Organización SKA que no luchaban por convertirse en sede (Reino Unido, Canadá, China, Italia y Países Bajos).
Cuando esté construido, un trabajo que durará unos siete años, el SKA estará formado por más de 3.000 antenas de 15 metros de diámetro cada una que dibujarán un espectacular paisaje a lo largo de 3.000 km de distancia. En conjunto, ocupará un kilómetro cuadrado, de ahí su nombre. «SKA nos ayudará a responder preguntas acerca de cómo las primeras estrellas y galaxias se formaron tras el Big Bang y cómo han evolucionado, así como el papel del magnetismo en el cosmos, la naturaleza de la gravedad, e incluso si hay vida en el resto del Universo», afirma Paul Alexander, jefe del grupo de Astrofísica de la Universidad de Cambridge, uno de los equipos científicos que liderarán el proyecto.
Planetas habitables
Este supertelescopio hará un seguimiento de las galaxias para investigar la expansión del Universo y ayudará a identificar la naturaleza de laenergía oscura. También permitirá realizar mapas galácticos tridimensionales y detectar lo que podrían ser señales muy débiles de extraterrestres, así como localizar planetas capaces de albergar vida, dos grandes ambiciones de los astrónomos de todo el mundo.
Los científicos esperan poder hacer las primeras observaciones en 2019 y que el radiotelescopio esté funcionado al 100% en 2024. No solo facilitará la comprensión del Universo, sino que también beneficiará a muchas otras áreas, como tecnologías de la información y la comunicación (TIC), comunicación inalámbrica, la tecnología de sensores y las energías renovables.
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