El Ministerio del Interior israelí declaró persona no grata al escritor alemán y Premio Nobel de Literatura, Günter Grass, por el poema que publicó la semana pasada, donde califica a Israel y a sus políticas como un peligro para la paz mundial. El anuncio fue realizado por el titular de esa cartera, Eli Yisai. Tras condenar el texto en duros términos, sostuvo que los motivos de esa decisión descansaban sobre la pertenencia de Grass a las SS, brazo armado del Tercer Reich durante la Alemania nazi. “Los poemas de Grass son un intento de dirigir el fuego del odio hacia el Estado de Israel y su gente, y de intentar hacer progresar las ideas de las que fue simpatizante en el pasado, cuando llevaba el uniforme de las SS”, manifestó el ministro, según informó la agencia de noticias Europa Press. El poema de Grass, titulado “Lo que hay que decir”, en el que considera que la mayor amenaza de la región es la capacidad nuclear israelí y no la de Irán, fue repudiado por un amplio abanico de las autoridades israelíes. Grass, uno de los más acérrimos críticos del nazismo, aseguró –luego de que documentos revelados en 2006 por el diario Der Spiegel mostraran su pertenencia a las SS– que su decisión de integrar este cuerpo militar fue un error de juventud.
“Si Günter quiere seguir publicando trabajos falsos y distorsionados –declaró el ministro israelí en comentarios al diario Haaretz–, le sugiero que lo haga en Irán, donde encontrará una audiencia más receptiva”, agregó Yisai. El escritor argumentó en una entrevista que el poema simbolizaba una crítica al gobierno hebreo y no al pueblo de Israel. “Eso es lo que critico, una política por la que se siguen construyendo asentamientos en terreno ocupado a pesar de las resoluciones de Naciones Unidas”, declaró el Premio Nobel al diario Sueddeutsche Zeitung. El texto de Grass ya había recibido el rechazo del Consejo Central de los Judíos de Alemania y del diario Die Welt, a los que se sumó la embajada israelí en Berlín, para la cual el texto se inscribe en una tradición del antisemitismo europeo.
Criticado con dureza por el premier israelí, Benjamin Netanyahu, el escritor fue atacado por el canciller Avigdor Lieberman, conocido por sus encendidas declaraciones, durante su reunión con el premier italiano, Mario Monti. De acuerdo con la prensa local y fuentes diplomáticas, el dirigente aludió al escritor alemán cuando habló del egoísmo de los pseudo intelectuales occidentales “dispuestos a sacrificar por segunda vez al pueblo judío en el altar de los antisemitas locos, sólo por vender algún libro más u obtener reputación”.
La polémica salpicó al Consejo Judío de los Estados Unidos, que se expresó en contra del texto al mostrarse indignado por el hecho. Mientras, su director ejecutivo, David Harris, le enrostró al escritor haber ocultado por 60 años su pasaje juvenil por las SS. El vocero de la canciller Angela Merkel reivindicó la libertad de expresión de los artistas y defendió el derecho del gobierno a no comentar ciertos temas, pero el secretario general de la Unión Cristiano Demócrata (CDU), partido al que pertenece Merkel, se mostró horrorizado tanto por el tono como por el contenido del poema.
Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores alemán, el liberal Guido Westerwelle, señaló que comparar Israel con Irán es descabellado, en respuesta al controvertido poema publicado por el Premio Nobel, según publicó ayer Bild am Sonntag. “Poner a Israel e Irán a un mismo nivel moral no tiene nada de ingenioso sino que es absurdo”, declaró el funcionario, quien apuntó contra Teherán por llevar adelante su programa nuclear sin tener en cuenta las críticas de la comunidad internacional. Según Westerwelle, “existen indicios creíbles de una posible dimensión militar”, pero “Irán se niega hace años, en contra del derecho internacional, a una cooperación amplia en lo que respecta al control de su programa nuclear”.
En este mismo sentido, reconoció que Teherán tiene el derecho al uso pacífico de la energía atómica, pero alertó a quienes minimizan la amenaza real de ese proyecto. “Irán, con armas nucleares, provocaría graves consecuencias a la precaria estabilidad de la región, ya de por sí amenazada, que se perdería definitivamente. Comenzaría así una carrera armamentística prácticamente incontrolable. También la arquitectura de seguridad global se tambalearía”, auguró Westerwelle. Y el canciller puso en contexto la postura de su país. “Las armas nucleares en manos de Irán supondrían una amenaza para la seguridad de Israel, lo cual para la política exterior alemana es un motivo de especial preocupación, ya que Alemania tiene una responsabilidad histórica con la gente en Israel.”
La disposición que declara persona no grata a Grass tiene sus antecedentes en el caso de los intelectuales Noam Chomsky y Norman Finkelstein, portadores de un público y reconocido pensamiento crítico para con las políticas impulsadas en materia de seguridad desde Israel.
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