martes, 3 de enero de 2012

El presidente alemán, complicado

Desde Berlín
La empañada reputación del presidente de Alemania, Christian Wulff, sufrió un nuevo revés ayer al saberse que el jefe de Estado, de 52 años, amenazó con entablar juicio a un importante periódico para evitar la publicación de un artículo que lo perjudicaba. Wulff, un conservador que fue elegido en ese puesto personalmente por la canciller Angela Merkel, está bajo creciente presión luego de que saliera a la luz un préstamo inmobiliario por 500.000 euros que le otorgó un amigo empresario en 2008.
La intensidad de la pelea creció ayer después de que se supo que, mientras estuvo de visita en Kuwait el mes pasado, Wulff hizo un llamado telefónico explosivo y amenazador al editor del diario sensacionalista Bild, Kai Diekmann. Süddeutscke Zeitung fue uno de los dos periódicos que informaron que cuando no logró comunicarse con Diekmann en persona, Wulff había dejado un enojado mensaje en su casilla, amenazando con tomar acción legal y una “ruptura final” con Bild y su editor, Springer Verlag, si el diario no abandonaba los planes de publicar un artículo sobre el préstamo.
También se dijo que el presidente usó el término “hacer la guerra” en su mensaje y que enfatizó que en cuanto a lo que se refería a él y a su mujer –gastos lujosos–, el artículo de Bild “cruzó la raya”. Bild, sin embargo, siguió adelante y publicó el artículo al día siguiente, el 13 de diciembre. Contactada ayer, la oficina de Wulff se negó a responder a los reportes e insistió: “El presidente federal se niega por principio a brindar ninguna información sobre llamadas telefónicas o conversaciones personales”.
El artículo de Bild provocó un diluvio de críticas después de que reveló que Wulff había recibido un préstamo de la mujer de Egon Geerkens, un rico amigo inversor, para poder financiar su casa. Bild adujo que el préstamo indicaba que Wulff, quien fuera primer ministro del estado de Baja Sajonia, no había dicho toda la verdad cuando el Parlamento de ese estado le preguntó en 2010 si tenía relaciones de negocios con Geerkens. Más tarde se supo que él y su mujer tomaron parte en las negociaciones por el préstamo. El cargo de presidente es representativo en Alemania, pero está revestido de un rango de autoridad moral.
También se supo que el préstamo de los Geerkens –que los abogados de Wulff admitieron a posteriori habían negociado los dos hombres– fue liquidado con un crédito, asimismo en términos ventajosos, de un banco público del Land, de Baden-Württemberg. La revista Der Spiegel informó ayer que Wulff había llamado por teléfono a Matthias Düpfner, el jefe ejecutivo de Springer, y le pidió que interviniera. Se dice que Düpfner le dijo al presidente que no podía interferir en juicios editoriales.
De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.

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