Benedicto XVI llegará a Madrid tras una jornada de marcha convocada para mañana por 140 organizaciones que cuestionan la millonaria inversión estatal en plena crisis económica.
El Papa Benedicto XVI arribará este jueves a Madrid para encontrarse con casi un millón y medio de peregrinos que congrega este año la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ). En su tercera visita a tierra española, el Pontífice hallará a una España agobiada. Llegará a un país con una economía desgastada por la crisis y que se tambalea al no encontrar una pronta solución a uno de sus principales problemas: 4.5 millones de desempleados. Su Santidad visitará a una nación donde el descontento social es creciente por los duros recortes estatales y donde los españoles son cada vez menos católicos.
Y aunque en la capital española ya se respira el ambiente festivo religioso, la multitudinaria jornada--instaurada por la Iglesia Católica en 1985 siendo papa el ya beato Juan Pablo II-- no está exenta de la realidad de este país. Unas 140 organizaciones han convocado para este miércoles a una manifestación en Madrid en rechazo a la financiación estatal de la JMJ. "De mis impuestos, al Papa cero. Estado Laico", será el lema de la marcha hasta ahora continúa programada. Los convocantes cuestionan la millonaria inversión que implicará la estancia del Pontífice: 72 millones de dólares (unos 50 millones de euros), según cálculos oficiales.
La principal colaboración del Gobierno ha consistido en declarar la visita del Papa un "evento interés especial", como si se tratase de unos Juegos Olímpicos. Eso supone que las empresas que están financiando el mismo gozan de beneficios fiscales, que alcanzan hasta el 80% de los fondos. El Ejecutivo, liderado por el socialista José Rodríguez Zapatero, ya aprobó la enmienda en este sentido en la Ley Presupuestos 2010. Con fondos del erario público también se sufragará parte de los gastos de transporte, seguridad y sanidad de los fieles.
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