Con una multitudinaria movilización, que los distintos medios de prensa internacionales sitúan en cientos de miles de personas, este domingo Chile volvió a ser escenario de una nueva manifestación a favor de la reforma de su sistema educativo.
La movilización fue denominada “domingo familiar por la educación” y se realizó en la capital del país, Santiago. Allí, entre consignas como "Va a caer, va a caer, la educación de Pinochet" y "¡Plebiscito ahora!", los manifestantes exigieron la realización de una consulta popular de carácter vinculante que establezca cambios estructurales en el sistema educativo, que vayan mucho más allá de las propuestas paliatorias que el gobierno del derechista Sebastián Piñera intenta poner sobre la mesa para aplacar las protestas.
El sistema educativo vigente, que se rige ampliamente por el lucro, fue instaurado durante la última dictadura militar que atravesó el país, entre los años 1973 y 1990. Este período autoritario puso fin al gobierno del presidente socialista Salvador Allende, y estuvo encabezado por el dictador Augusto Pinochet.
La movilización que se celebró este domingo fue apenas una más de las medidas de presión que estudiantes y docentes están llevando adelante para protestar contra el sistema educativo y exigir un cambio del mismo al gobierno de Piñera, que establezca su gratuidad. Otra de las medidas es una huelga de hambre que están llevando a cabo desde hace más de un mes 42 estudiantes, tres de los cuales han debido ser hospitalizados por dicha causa.
Pero la movilización del domingo también fue el preámbulo de una semana de intensas movilizaciones que cuentan con el respaldo de la mayor de las centrales de trabajadores del país, la Central Unitaria de Trabajadores. Dicha central está organizando un paro nacional para los próximos días, con una plataforma que exige una nueva Constitución, una política económica democrática y redistributiva, y un plebiscito que permita resolver la crisis de la educación.
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