El líder sindical afirma que Piñera no puede llevar la discusión al plano económico al evaluar las pérdidas del paro que comienza hoy. Los trabajadores reclaman una nueva Constitución Política y un nuevo Código del Trabajo.
El ambiente se comenzó a instalar anoche cuando un nuevo “cacerolazo” en protesta contra el gobierno se sintió con fuerza en muchas localidades a lo largo de Chile, incluso en las más pitucas y acomodadas de este país con aires primermundista. Esa fue la ruidosa antesala de lo que viene hoy: un paro nacional convocado por la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), donde según la multisindical más importante del país, se plegaron más de 80 organizaciones de trabajadores entre otras muchas entidades sociales.
“Será un gran paro nacional de todos los chilenos y chilenas, donde se expresarán demandas de todos los sectores sociales para que se respeten los derechos sociales y ciudadanos y se reitere la necesidad de tener en el país un nuevo modelo económico, una nueva Constitución Política y un nuevo Código del Trabajo”, señaló en la víspera el presidente de la CUT, Arturo Martínez.
Pero la convocatoria no ha estado exenta de polémicas. La Moneda rechazó el paro calificándolo de “ilegal, injustificado y ha dicho que de haber situaciones de violencia la responsabilidad es de quienes han llamado a movilizarse”. De hecho, el presidente Sebastián Piñera dijo sentir “una dolorosa contradicción al ver que mientras tantos chilenos, incluyendo el gobierno, se esfuerzan para que el país avance, hay otros que también se esfuerzan pero para paralizar y hacer retroceder el país”.
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