El 17 de abril de 1996 unos 1500 campesinos sin tierra del Estado brasileño de Pará, expulsados de sus predios, se movilizaron hacia la capital estatal, Belém, para presentar sus demandas y exigir soluciones. Al llegar a la ciudad de Eldorado de Carajás la marcha se detuvo para que las mujeres embarazadas y los niños descansaran. Sin embargo, allí los manifestantes fueron atacados a balazos por más de 140 policías militares. Fueron 19 los campesinos asesinados y 69 los heridos.
Todos eran integrantes del Movimiento de Trabajadores Rurales sin Tierra de Brasil (MST). Ese mismo día La Vía Campesina, red que nuclea a organizaciones campesinas de todos los continentes, estaba reunida en La Trinidad, Estado mexicano de Tlaxcala, en su segunda conferencia internacional. Cuando los dirigentes se enteraron de los asesinatos en Pará decidieron declarar al 17 de abril como el “Día Internacional de la Lucha Campesina”.
Ninguno de los responsables del crimen recordado como “la masacre de Eldorado de Carajás” está preso. Sólo dos fueron condenados. Pero cada 17 de abril La Vía Campesina se moviliza en diversas partes del mundo para homenajear a los compañeros caídos y así evitar que los crímenes queden en el olvido. Es un día de lucha y de reivindicaciones.
Este año se esperaban más de 100 actividades en diversas partes del mundo, entre acciones, manifestaciones, talleres, proyecciones de películas, debates, conferencias, por ejemplo. Los ejes principales de esas actividades eran el recuerdo de la masacre, la lucha por la reforma agraria, por la tierra, las semillas criollas, la soberanía alimentaria, entre otras demandas políticas.
La Vía Campesina Internacional emitió el domingo un comunicado en el que reiteró la “necesidad de liberarnos del sistema de producción de alimentos industrial”, al tiempo que reafirmó que “la agricultura campesina puede alimentar al mundo”. Los campesinos consideran que el sistema alimentario industrial predominante ha fracasado y explican que el número de hambrientos en el mundo pasó de 800 millones en 1996 a 1000 millones en la actualidad.
Uno de los temas que más preocupa a La Vía Campesina es el del acaparamiento de tierras por parte de gobiernos y corporaciones transnacionales en América Latina y África. Así lo hizo saber la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo (CLOC), regional de La Vía Campesina, en un comunicado por el Día Internacional de la Lucha Campesina que tituló: “Contra el acaparamiento y por la recuperación de nuestra tierra y territorios”.
Según la CLOC, el imperialismo opera hoy con más fuerza en América Latina “mediante un nuevo modelo de acumulación que favorece la expansión del capital transnacional, asociado al agronegocio y a la minería a cielo abierto”. “Nuestro continente y su gente se enfrentan a un fuerte acaparamiento de tierras por parte de las principales empresas multinacionales”, que además “saquean nuestros recursos naturales”, para la producción, por ejemplo, de caña de azúcar, palma africana, soja, banano y maíz, agrega.
El gran acaparamiento de tierras dificulta aún más la lucha campesina por el acceso a ese bien productivo, además de que impone un modelo basado en los monocultivos y prácticas degradantes del medio ambiente (con transgénicos y agrotóxicos, por ejemplo). El avasallamiento de las empresas sobre los territorios ha incrementado además la violencia en el medio rural contra los campesinos e indígenas, y la criminalización de su protesta.
La CLOC ve con extrema preocupación la avanzada transnacional y del capital financiero sobre los campos de la región, que busca seguir aumentando la producción de commodities agrícolas y agrocombustibles para la exportación, en detrimento de la producción de alimentos. Destaca, además, que varios gobiernos de la región apoyan esas prácticas.
En contrapartida, los campesinos latinoamericanos organizados plantean la soberanía alimentaria como bandera, para satisfacer las necesidades alimenticias de las poblaciones locales y nacionales antes que nada, con una fuerte defensa de la producción de alimentos sanos. “Nuestra lucha es por la soberanía de nuestros pueblos, por la solidaridad con todos los pueblos; luchamos por un sistema en el cual la vida sea lo principal, luchamos por la soberanía alimentaria, por continuar alimentando al mundo con alimentos saludables”, señala.
La CLOC advierte que los campesinos seguirán la lucha por la tierra, el agua, las semillas como patrimonio de los pueblos, la conservación de la Madre Tierra, a pesar de ser “discriminados, oprimidos, detenidos, perseguidos, asesinados y masacrados por luchar por nuestros derechos”. “Nosotros enseñamos revuelta, indignación, solidaridad, cambio y ¡lucha!”, sentencia.
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