Esta semana dos buques de guerra del país de los ayatollah atravesaron el estratégico Canal de Suez. Es el primer síntoma de un cambio de época en la región A la encrucijada política y económica que envuelve a Medio Oriente se le suman ahora el desplazamiento de buques de guerra iraníes que capturaron la atención de la comunidad internacional esta semana. Hace algunos días, dos navíos de guerra de Irán se dirigieron a Siria, pasando por el estratégico Canal de Suez, para realizar maniobras de entrenamiento. El episodio llama la atención si se considera la importancia regional y mundial que tienen los actores involucrados.
En principio, hace tiempo Irán se encuentra en la lista de los países del eje del mal por oponerse al unilateralismo de Estados Unidos. Por otra parte, el gobierno teocrático iraní ha manifestado su intención de no querer frenar su enriquecimiento de uranio pese a las duras sanciones de las grandes potencias que lo consideran una amenaza para la paz internacional, a esto se suman sus tensas relaciones con los países árabes más cercanos a los intereses occidentales –como Israel y Egipto–. Igualmente, pese al adverso panorama internacional, el país pérsico ha logrado mantener viejas alianzas como con Siria, con el cual tiene acuerdos de mutua defensa. También logró acercarse a algunos tradicionales aliados de Estados Unidos –Turquía– y a las nuevas potencias mundiales, China y Rusia.
El Canal de Suez, por su estratégica posición geográfica, siempre ha sido instrumentalizado por las grandes potencias para controlar la región e intervenir militarmente, con el consenso egipcio. Ahora bien, la presencia de la marina iraní en el canal después de 32 años, con el consentimiento de Egipto, que desde la revolución komeinista había roto relaciones con Irán, despierta algunas sospechas.
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