Con medidas de precaución extremas, los cuerpos de socorro han continuado este martes con el rescate de las víctimas del alud que la noche del jueves pasado sepultó la aldea El Cambray II, a 15 kilómetros de la capital guatemalteca. Durante las dos primeras horas de trabajo, los rescatistas han extraído 20 cadáveres de entre los escombros, donde también se han encontrado extremidades aisladas de cuerpos, lo que dificulta tanto su identificación como el censo de difuntos. El último recuento eleva a 162 el número de muertos, y se mantiene en 300 el censo de desaparecidos.
"Es muy difícil que alguien haya podido sobrevivir bajo las toneladas de piedra y lodo que sepultaron sus viviendas", señaló un portavoz de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred). No obstante, añadió que los rescatistas, apoyados por expertos mexicanos, continuarán con su labor de búsqueda.
Las lluvias de las últimas horas, sumadas a la extracción por maquinaria pesada de miles de metros cúbicos de tierra, han convertido el lugar en un sitio de alto riesgo, por lo que el acceso permanece vedado, con la excepción de pequeños grupos de rescate (dos cuadrillas de 20 hombres) que se turnan cada dos horas.
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