Indignación, solidaridad y confianza. Indignación por la decisión de la FIFA de suspender a Luis Suárez
por cuatro meses y prohibirle jugar por nueve partidos. Solidaridad con
el futbolista por entender que la condena fue una especie de represalia
contra todo el fútbol uruguayo. Y confianza, en la selección celeste
para mañana, cuando usarán lo negativo como un impulso para cubrir con
garra charrúa la falta de su mejor delantero.
Así reaccionó ayer
Uruguay, los uruguayos. Los gobernantes y los gobernados. Los patrones y
los obreros. Las mujeres y los hombres. Con esa sensación, cientos de
hinchas fueron anoche al aeropuerto de Carrasco para esperar al
delantero que se volvía con un Mundial inconcluso. Sin ganas de
conversar con nadie, con el pedido de limitar el recibimiento a su
padre.
La espera se hizo larga porque Suárez, expulsado de la
concentración uruguaya en Brasil, volvía en vuelo privado, pero no había
certeza del horario. Hubo versiones. Algunos, la gente del fútbol, dijo
que no llegaba. Otros, cerca del gobierno, que estaba en camino, y que
por eso el presidente José Mujica quiso ir a recibirlo. Los hinchas
fueron con carteles, camisetas y banderas. Cantaron en apoyo a Suárez y
alentaron a la selección. La gente armó una caravana para acompañarlo.
http://canchallena.lanacion.com.ar/1704972-luis-suarez-uruguay-recibimiento
Rescato noticias de interés en la recorrida por los medios de comunicación, busco una forma de comunicación transversal, seleccionando, recortando, la realidad que me interesa divulgar.gracias por visitar el blog. Daniel
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