lunes, 11 de febrero de 2013

Poco más de dos semanas para que arranque un cónclave 'extraordinario'


La renuncia del actual Papa, Benedicto XVI, ha obligado a que el cónclave se reúna el próximo 28 de febrero para comenzar el proceso de elección de un nuevo papa. El Santo Padre ha renunciado a su pontificado tras ocho años en el cargo y esto no ocurría desde hace cinco siglos. El último Pontífice que renunció al puesto fue Gregorio XII, que dimitió en 1415, dos años antes de morir.
 Benedicto XVI hará efectiva su renuncia el próximo 28 de febrero, entonces la Iglesia Católica ingresará en el período de ‘Sede Vacante’. En la mayoría de las ocasiones en las que se ha procedido a la elección de un papa, ha sido por el fallecimiento del que se encontraba en el cargo, pero Benedicto XVI ha sido una excepción. A pesar de ello, el proceso para elegir a un nuevo papa es el mismo.
La elección del nuevo Pontífice se lleva con total hermetismo y es el resultado de una compleja elección que se puede llegar a demorar alrededor de veinte días.
A partir de ese momento, los electores se reúnen en el llamado cónclave, que es la reunión que celebra el Colegio cardenalicio de la Iglesia Católica Romana para elegir a un nuevo Obispo de Roma, cargo que lleva aparejados el de Papa (Sumo Pontífice y Pastor Supremo de la Iglesia Católica) y el de Jefe del Estado Vaticano, Italia.
Papa Benedicto XVIPapa Benedicto XVI | Foto: EFE
El cónclave se celebra en la Capilla Sixtina y se lleva en secreto. Los electores están recluídos y aislados del mundo exterior. Los cardenales son trasladados desde la Casa de la Santa Marta hasta la Capilla Sixtina en un omnibus con vidrios blindados.El aislamiento es fundamental: se controla que no se ingresen grabadoras, móviles, cámaras u otros elementos que pongan en riesgo el secreto de la votación.
La elección se lleva a cabo a través del escrutinio, desde que Juan Pablo II abolió la posibilidad de hacerlo a través de la aclamación o el compromiso. También estableció en 1996 la necesidad de obtener dos tercios de las votaciones en lugar de una mayoría simple.
Cada elector vota al cardenal que prefiera o a sí mismo, puesto que el autovoto está permitido. El sufragio se realiza a través de un papel escrito con la letra más ilegible posible, para evitar que se reconozca su autor.
Una vez que todos los electores han efectuado su voto, los papeles se revuelven antes de iniciar el recuento. Posteriormente, se colocan uno por uno en un recipiente vacío. Se suman los votos que acumula cada nombre y se van anotando en una lista.
A medida que los papeles se van leyendo, se perforan con una aguja en el punto en que se encuentra la palabra 'Elijo'. Al finalizar la lectura, se atan los extremos con un nudo y así unidos se colocan sobre una mesa.
Tras cada sesión de escrutinio (dos votaciones) las papeletas de voto y las notas de los Escrutadores se queman en una estufa preparada al efecto. El humo sale entonces por una chimenea sobre el tejado de la Capilla Sixtina.
La fumata
Cuando el resultado de las votaciones ha sido negativo, los papeles se queman junto con paja húmeda, lo que produce un humo negro. Si de la elección ha salido elegido un candidato, y éste ha aceptado la responsabilidad, los papeles se queman usando paja seca, lo que da lugar a un humo de color blanco. Es la señal que anuncia al mundo la elección de un nuevo Papa, que en esta ocasión se trata del 266º papa.
El protocolo reserva una ceremonia final: el anuncio a los fieles del nuevo Papa desde la ventana de San Pedro. El encargado de hacerlo será el cardenal de mayor edad que dirá las palabras que todos esperan: "Annuntio vobis gaudium magnum Habemus Papa".
http://www.antena3.com/especiales/noticias/papa-benedicto-XVI/poco-mas-dos-semanas-que-arranque-conclave-extraordinario_2013021100133.html

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