La popularidad de la presidenta Dilma Rousseff alcanzó en marzo el nivel record histórico del 77 por ciento, poco más de un año después de que asumiera el gobierno de Brasil en lugar del carismático Luiz Inácio Lula da Silva, según un sondeo divulgado ayer por la Confederación Nacional de la Industria. La encuesta realizada por el Instituto Brasileño de Opinión Pública y Estadística (Ibope, privado) reveló que la evaluación positiva de la gestión de Rousseff aumentó cinco puntos porcentuales desde la última investigación, realizada en diciembre del año pasado.
El índice de rechazo al desempeño de la mandataria, a su vez, bajó del 21 al 19 por ciento en el mismo período. Según Ibope, ni Lula da Silva ni su antecesor, Fernando Henrique Cardoso, lograron la aprobación de casi ocho de cada diez brasileños después de su primer año de mandato.
El sondeo revela además que el índice de confianza de los brasileños en la primera mujer en gobernar el gigante sudamericano saltó del 68 al 72 por ciento entre diciembre de 2011 y marzo pasado. La aprobación a Rousseff es mucho más expresiva que la otorgada al actual gobierno, calificado de “bueno” o “excelente” por el 56 por ciento de los entrevistados –una tasa idéntica a la registrada en diciembre–, mientras que el ocho por ciento consideró el desempeño del gobierno como “malo” o “pésimo”.
Según la columnista política Cristiana Lobo, del canal televisivo GloboNews, la diferencia entre los índices de aprobación al gobierno y a la mandataria refleja la insatisfacción de los brasileños frente al desempeño de sectores importantes, que fueron considerados como satisfactorios por menos de la mitad de la población.
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