Llevan una vida agitada, igual que los demás, sin embargo, ellos tienen una desventaja que muchas veces les pasa la factura. En ellos habita una enfermedad silenciosa que en el primer descuido puede atacar ferozmente.
Se trata de la diabetes, un mal que día a día va creciendo entre los hondureños. Según datos del Centro Nacional del Diabético, el diez por ciento de la población padece esta enfermedad, eso representa alrededor de 800 mil personas.
De este gran grupo, apenas la mitad de ellos, unas 400 mil personas, saben que padecen la enfermedad, los otros no, situación que los pone ante la desventaja de la vulnerabilidad.
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