jueves, 26 de enero de 2012

Manifestantes tildan de racista a la primera ministra australiana en acto público en Canberra


Julia Gillard debió ser protegida por sus guardaespaldas y sacada del lugar después que unas 200 personas se acercaran a increpar a la gobernante, quien perdió un zapato y tropezó en el altercado.

La primera ministra de Australia, Julia Gillard, tuvo que ser protegida hoy por sus guardaespaldas y sacada a toda velocidad en su vehículo oficial al ser increpada por 200 personas que irrumpieron en un acto público en Canberra tras anunciar reformas sobre aborígenes.

Los manifestantes persiguieron durante un trecho el vehículo de Gillard mientras golpeaban el techo y la parte trasera, al tiempo que acusaban a la mandataria de no tener vergüenza y de ser racista, informó la emisora de radio ABC. 

El jefe de la oposición parlamentaria, Tony Abbott, también tuvo que salir escoltado por una puerta lateral del restaurante donde participaba con la primera ministra en un acto público de entrega de premios.

La Oficina de la Primera Ministra confirmó que Gillard tropezó y perdió un zapato durante el altercado, pero aseguró que no sufrió daño alguno.

Fuentes de la Policía afirmaron que nadie resultó herido durante el altercado.

El detonante de la cólera de los manifestantes fueron unas declaraciones atribuidas a Abbott esta mañana, en Sydney, en las que proponía revisar algunas de las concesiones hechas a la comunidad aborigen australiana.

Los desafortunados comentarios del liberal Abbott surgieron el mismo día en que miles de personas en toda Australia celebraban la creación de la embajada aborigen, el organismo que el jefe de la oposición parlamentaria cree que puede desaparecer porque la situación en el país ha mejorado mucho.

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