miércoles, 12 de octubre de 2011

Un banco austríaco en la mira


El mayor banco austríaco, Erste Group, pronosticó para este año pérdidas de hasta 800 millones de euros por la crisis de deuda en la eurozona y dificultades con sus filiales en Hungría y Rumanía.
Hasta ahora, la entidad esperaba una ganancia de unos 700 millones de euros hasta fines de septiembre. A raíz de las nuevas previsiones, se postergará la devolución de ayudas estatales gracias a las cuales la entidad pudo sobrevivir a la crisis financiera.
Las malas noticias suman incertidumbre a la situación de los bancos europeos, que volvieron al foco de atención de la crisis debido a las inquietudes sobre su solidez.
El domingo, las autoridades de Francia y Bélgica acordaron un paquete de rescate para el banco Dexia, que la semana pasada enfrentó una corrida. El directorio de Dexia aceptó la nacionalización de su banca minorista belga y aseguró 90.000 millones de euros en garantías estatales.
El primer ministro británico David Cameron instó el lunes a sus pares de la eurozona a usar munición de alto calibre para enfrentar la crisis.

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