Desde la Octava Marcha Indígena afirmaron que hoy reiniciarán su caminata hacia esta ciudad, para reclamar al presidente Evo Morales la suspensión definitiva del proyecto carretero que atravesaría al Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (Tipnis), además de otras quince demandas. Los marchistas se reúnen en la escuela de Quiquibey, una comunidad 43 kilómetros adelante de donde fueron reprimidos por la policía el domingo pasado, en obediencia a la orden de alguien cuyo nombre se niega a confesar el gobierno nacional. Ayer se manifestaron en el centro paceño mil campesinos leales al presidente para expresarle su apoyo. Pero en las calles se encontraron mayormente con chiflidos y acusaciones de la ciudadanía.
La Fiscalía General anunció que dará curso a una investigación contra Morales por los delitos de genocidio y vulneración de derechos y garantías constitucionales, solicitada por asambleístas de la opositora Convergencia Nacional. Ayer Morales volvió a acusar a la marcha indígena de intentar perjudicar a su gobierno. Sostuvo que los originarios reprimidos por sus subalternos tienen la intención de entorpecer las elecciones del 16 de octubre próximo, cuando en Bolivia se debería seleccionar mediante voto popular a los integrantes del Poder Judicial (que desde 2009 pasó a llamarse Organo Judicial).
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