Los marroquíes votaron ayer un referendo para una nueva Constitución que limitará los poderes del rey Mohammed VI, lo que podría resultar una prueba crítica sobre si la Primavera Arabe puede generar con éxito una genuina reforma política. Las reformas incluyen nombrar un primer ministro del partido mayoritario y son un esfuerzo del monarca casi absoluto para atajar el tipo de manifestaciones en gran escala que derrocaron a los gobernantes de Egipto y Túnez, y ponen nerviosos a los líderes en la región.
Los votantes fueron a los 40.000 colegios electorales de Marruecos después de una masiva campaña de los medios para un voto por el sí en el referendo. Los analistas dijeron que la prueba clave sería si la asistencia fue suficientemente alta para darle al voto la credibilidad política. El pequeño grupo prodemocracia 20 de Febrero, que primero movilizó el disenso contra el gobierno vía Facebook, dijo que las reformas propuestas no cumplen con sus pedidos de una monarquía constitucional y ha instado a los marroquíes a boicotear el voto. Sólo 13 millones de los 32 millones de habitantes de Marruecos pueden votar, y hasta la hora del cierre un 70,62 por ciento de aquéllos lo había hecho.
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