Entre tablados, puestos y carpas, los indignados cuentan sus historias mientras trabajan en computadoras para la difusión mundial de las actividades del 15-M. Remake con acento español de la película argentina.
Es un fantasma que recorre Europa, que ocupa horas y horas de noticieros y análisis, que gana la calle, que tiene un derrotero incierto, un final abierto. Es, a ojos argentinos, una película conocida, rodada a fines del siglo pasado, ahora en una remake con acento español. El argentino escucha a Rodríguez Zapatero y Rajoy discutiendo en el Congreso, echándose culpas y enrostrándose acusaciones; el argentino vuelve a escuchar la teoría del ajuste como salvataje y panacea y tiene ganas de gritarle a la tele, a los personajes de corbata, que no hagan caso de esa línea de argumento, que uno ya vio la película y termina mal. Muy mal.
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