Tras la crisis por la salida del hombre fuerte de su gobierno por supuesto enriquecimiento ilícito, la mandataria removió a otro ministro cuestionado por parlamentarios aliados y rivales y nombró a una dirigente histórica del PT.
La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, realizó un enroque en su gabinete para agilizar las negociaciones con el Congreso y la oposición, en uno de los coletazos de la caída de Antonio Palocci, el jefe de Gabinete que era el hombre fuerte del gobierno. Luiz Sérgio, ministro de Relaciones Institucionales, cayó del cargo y fue a la secretaría de Pesca, cuya titular, Ideli Salvatti, quedará al frente de las negociaciones políticas.
Las primeras declaraciones de Salvatti tras conocerse la noticia demuestran que la nueva negociadora es consciente del trabajo que le espera: “La relación con todos los partidos será muy respetuosa siempre y será la relación de cuando era jefa de bloque del Senado, no será de paz y amor, pero será de diálogo permanente.”
El cambio en el gabinete llega luego de las presiones ejercidas por los representantes del oficialista Partido de los Trabajadores (PT) y su principal socio, el centrista Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), sobre la falta de diálogo entre el gobierno y el Parlamento. La situación se agravó con la renuncia de Palocci, eje de una crisis política por su presunto enriquecimiento a raíz de su trabajo de consultor de empresas privadas. Palocci debió abandonar el cargo ante el escándalo generado por la revelación de que su patrimonio aumentó 20 veces en los últimos cuatro años.
La senadora Gleisi Hoffmann, quien remplazó a Palocci, dejó en claro que no asumirá funciones de diálogo con el Legislativo y afirmó que su principal tarea será la de coordinar los proyectos del gobierno encargados a los ministerios.
La salida de Palocci hizo inevitable el cambio en el comando del Ministerio de Relaciones Institucionales, ya que el desempeño de Luiz Sérgio de Oliveira en la cartera fue duramente criticado por legisladores oficialistas que, según el portal brasileño UOL, lo apodaron “camarero”, porque “se limitaba a apuntar los pedidos” hechos al gobierno.
El papel de “puente” entre la Presidencia y la heterogénea coalición gubernamental le corresponderá a partir del lunes a Salvatti, una física que es fundadora del PT en el estado de Santa Catarina, cumplió dos mandatos como diputada federal y fue líder de la bancada oficialista en el Senado durante el pasado gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva.
El cambio dictado por Rousseff generó manifestaciones de aprobación por parte de los aliados. El vicepresidente Michel Temer y el presidente del Senado, José Sarney, dos de los máximos exponentes del PMDB aseguraron ayer a Rousseff que la agrupación apoyará a la nueva ministra.
Con respecto a las presiones que soporta Rousseff en los últimos días, Lula, líder del PT, acusó ayer a los grandes medios de comunicación de “menospreciar” la capacidad de conducción de la mandataria. “Dilma es la señora de la situación, pero percibo en la prensa que hay menosprecio hacia ella. Quien conoce a Dilma sabe que nadie va a obligarla a hacer nada que ella no quiera”, dijo Lula sobre su delfín político.
El presidente salió al cruce de las versiones de que Rousseff habría estado sufriendo presiones del propio PT para cambiar ministros en su gabinete, tras la caída de Palocci. “Nadie le impone cargos a Dilma. El PT tampoco hizo eso conmigo”, dijo Lula
http://tiempo.elargentino.com/notas/dilma-nombro-una-mujer-para-mejorar-dialogo-con-congreso
La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, realizó un enroque en su gabinete para agilizar las negociaciones con el Congreso y la oposición, en uno de los coletazos de la caída de Antonio Palocci, el jefe de Gabinete que era el hombre fuerte del gobierno. Luiz Sérgio, ministro de Relaciones Institucionales, cayó del cargo y fue a la secretaría de Pesca, cuya titular, Ideli Salvatti, quedará al frente de las negociaciones políticas.
Las primeras declaraciones de Salvatti tras conocerse la noticia demuestran que la nueva negociadora es consciente del trabajo que le espera: “La relación con todos los partidos será muy respetuosa siempre y será la relación de cuando era jefa de bloque del Senado, no será de paz y amor, pero será de diálogo permanente.”
El cambio en el gabinete llega luego de las presiones ejercidas por los representantes del oficialista Partido de los Trabajadores (PT) y su principal socio, el centrista Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), sobre la falta de diálogo entre el gobierno y el Parlamento. La situación se agravó con la renuncia de Palocci, eje de una crisis política por su presunto enriquecimiento a raíz de su trabajo de consultor de empresas privadas. Palocci debió abandonar el cargo ante el escándalo generado por la revelación de que su patrimonio aumentó 20 veces en los últimos cuatro años.
La senadora Gleisi Hoffmann, quien remplazó a Palocci, dejó en claro que no asumirá funciones de diálogo con el Legislativo y afirmó que su principal tarea será la de coordinar los proyectos del gobierno encargados a los ministerios.
La salida de Palocci hizo inevitable el cambio en el comando del Ministerio de Relaciones Institucionales, ya que el desempeño de Luiz Sérgio de Oliveira en la cartera fue duramente criticado por legisladores oficialistas que, según el portal brasileño UOL, lo apodaron “camarero”, porque “se limitaba a apuntar los pedidos” hechos al gobierno.
El papel de “puente” entre la Presidencia y la heterogénea coalición gubernamental le corresponderá a partir del lunes a Salvatti, una física que es fundadora del PT en el estado de Santa Catarina, cumplió dos mandatos como diputada federal y fue líder de la bancada oficialista en el Senado durante el pasado gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva.
El cambio dictado por Rousseff generó manifestaciones de aprobación por parte de los aliados. El vicepresidente Michel Temer y el presidente del Senado, José Sarney, dos de los máximos exponentes del PMDB aseguraron ayer a Rousseff que la agrupación apoyará a la nueva ministra.
Con respecto a las presiones que soporta Rousseff en los últimos días, Lula, líder del PT, acusó ayer a los grandes medios de comunicación de “menospreciar” la capacidad de conducción de la mandataria. “Dilma es la señora de la situación, pero percibo en la prensa que hay menosprecio hacia ella. Quien conoce a Dilma sabe que nadie va a obligarla a hacer nada que ella no quiera”, dijo Lula sobre su delfín político.
El presidente salió al cruce de las versiones de que Rousseff habría estado sufriendo presiones del propio PT para cambiar ministros en su gabinete, tras la caída de Palocci. “Nadie le impone cargos a Dilma. El PT tampoco hizo eso conmigo”, dijo Lula
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