Las acciones y movilizaciones que el presidente Daniel Ortega emprende para tratar de anular cualquier intento de reclamo o protesta de la población en contra de su Gobierno lo desgastará tarde o temprano, según coinciden varios analistas consultados por LA PRENSA sobre el significado de las marchas que el oficialismo y la oposición realizaron el sábado reciente en Managua.
El filósofo y analista político Alejandro Serrano Caldera cree que, igual a como ocurrió con los afectados por el pesticida Nemagón que fueron puestos como rezadores de las rotondas, los empleados públicos que son utilizados para agitar banderas en las rotondas o para asistir a cualquier evento del presidente también se rebelarán en contra del Gobierno.
Serrano Caldera considera que el Gobierno desarrolla “una estrategia equivocada” con el uso de los recursos del Estado —incluidos los empleados públicos— que terminará pasándole la factura a más tardar el día de las elecciones, previstas para el próximo 6 de noviembre.
El sábado el Gobierno respondió a la marcha ciudadana convocada por la sociedad civil organizada con una caminata masiva en la que participaron miembros de la Juventud Sandinista, estudiantes de colegios públicos, empleados de las diferentes instituciones del Estado y militantes del partido de Gobierno que fueron trasladados desde los diferentes barrios de Managua y ciudades de los departamentos del país. Mientras, el transporte en y hacia la capital era escaso.
http://www.laprensa.com.ni/2011/04/04/politica/56839
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