La zona nordeste de Brasil concentró el 54% de los conflictos por la tierra ocurridos en el país durante el primer semestre de 2010, según consta en un informe presentado hace algunos días por la Comisión Pastoral de la Tierra (CPT). Y los hechos que se registran cotidianamente en esta región brasileña parecen demostrarlo.
La dirección del Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) del Estado de Pará denunció este 6 de septiembre el asesinato de uno de sus dirigentes, a manos de un grupo armado contratado por el estanciero Josué Bengstson, ex diputado federal por el derechista Partido Laborista Brasileño (PTB, por su sigla en portugués).
El político, según recuerda el MST, tuvo que renunciar a su responsabilidad parlamentaria por sus vínculos con la “mafia de las sanguijuelas” (“mafia das sanguessugas”), un esquema de fraude con licitaciones en el área de la salud, más puntualmente en la compra de ambulancias.
El comunicado del movimiento relata que los trabajadores rurales João Batista Galdino de Souza y José Valmeristo (conocido como Caribé), fueron abordados por tres pistoleros y obligados a subir a un vehículo, donde ambos fueron torturados.
João Batista Galdino pudo escapar, pero José Valmeristo Soares resultó asesinado, y su cuerpo fue encontrado en la mañana del sábado 4 por otros miembros de la organización. El MST mantenía un campamento en la estancia Cambará, reclamada para la reforma agraria, donde el ex-diputado Bengstson cuenta con títulos de posesión de tierras, que los campesinos aseguran que pertenecen al Estado.
A este episodio hay que sumarle otro ataque reciente –ocurrido el 29 de agosto- contra el campamento Salete Moreno, en el Estado de Maranhão, donde un grupo de diez encapuchados intentó desalojar a 58 familias de la estancia Arizona, ocupada por el MST desde 2008.
Los sin tierra denuncian que el grupo de pistoleros fue contratado por el gerente de la estancia, y que trabajan además para la empresa Seguridad Privada de Maranhão (Seprima).
Uno de los referentes de la coordinación nacional de la CPT, Dirceu Fumagali, deslizó una explicación sobre este paulatino aumento de la violencia en el nordeste de Brasil.
“El mayor problema todavía es la concentración de la tierra, y es también la región donde tenemos la mayor concentración de campesinos sin tierra”, explicó el dirigente, entrevistado por la Agencia de Noticias do Planalto.
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