El protagonista casi omnipresente de las elecciones brasileñas no es uno de los candidatos, sino el presidente Luiz Inácio Lula da Silva, quien desde este 3 de octubre -día de las votaciones- tendrá los días contados.
Muchos se resisten a decirle adiós y, tras la estela de Lula, los principales candidatos son vistos por algunos analistas como actores secundarios que se disputan su legado.
La constitución brasileña prohíbe que un gobernante presida el país por más de dos mandatos consecutivos, pero no pone límites a su presencia en la vida política a partir de ese momento.
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