Un sábado bastante particular vivieron 115 indigentes que usan las calles del centro de San José como su dormitorio.
Hoy se despertaron y, a diferencia de otros días,les esperaba el desayuno, ropa limpia y hasta un doctor.
Esto gracias a la labor de 35 funcionarios de Coopecaja que, como parte de su responsabilidad social, decidieron darle un giro al sábado de este grupo de habitantes de la calle.
“Hasta pudimos repetir”, dijo Roberto Ojeda, quien hace 2 años vive en la calle y estuvo encantado con el “sabor” del gallo pinto.
Les dieron pinto con huevo, café, ropa, sábanas y hasta tuvieron la oportunidad de chequerase con el equipo médico de la misma cooperativa.
“No solo se trata de venir y darles comida, sino de prestarles un poquito de atención, brindarles atención médica y traerles algunas cuestiones básicas desde artículos de cuidado personal hasta abrigo”, comentó María Fernanda Torres, encargada de Responsaibilidad Social de Coopecaja.
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