Al menos 40 alumnas afganas debieron recibir tratamiento médico en el noreste del país por sufrir desmayos sin motivo aparente. Estos son los últimos de una serie de casos que vienen reportando en el norte y el este del terrirorio.
Las niñas se quejaron de mareos y de sentirse mal. Este es el cuarto episodio de este tipo que ocurre en menos de un mes en la provincia de Takhar, informó la cadena BBC.
Las autoridades tienen varias hipótesis. La principal sospecha apunta a los talibanes, de quienes se dice queecharon químicos venenosos en las aulas. Pero hasta ahora los análisis han fracasado en detectar algo sospechoso.
También se especula que el agua de esa localidad está contaminada y hasta creen que se trate de “presión mental y emocional” por el solo hecho de asistir a clases en un país donde la educación femenina está amenazada por los talibanes.
Este grupo extremista negó su responsalidad. “Que lo nieguen no es definitivo, porque han atacado de forma abierta escuelas de niñas en el pasado”, afirma la representante de Human Rights Watch en Afganistán, Heather Barr.
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