Zed Merrick tiene dos años. Hace unos meses, un accidente doméstico le provocó severas quemaduras en el pecho. Y ya está prácticamente curado gracias a un novedoso tratamiento, un aerosol que se presenta como alternativas a los injertos de piel.
Las quemaduras se las provocó una taza con té hirviendo el pasado mes de octubre. Los estragos sobre la piel del niño resultaron evidentes casi al instante.
El tratamiento por el que optaron los médicos se basó en la aplicación de un aerosol.
Gracias a ese aerosol, la madre del niño, Nicky Merrick, asegura que su hijo prácticamente ya no tiene cicatrices.
Según Merrick, el niño pasó por mucho dolor y gritó mucho. "Mi madre estaba preparando una taza de té. Zed apareció corriendo y se lo tiró todo encima antes de que pudiéramos verlo", explica Merrick.
"Mi madre enseguida le rasgó la camiseta. Estaba desesperada por sacarle la ropa hirviendo de encima. Yo le tiré una jarra de agua fría y nuestra vecina nos ayudó a meternos a los dos bajo la ducha con agua fría", relató.
"La piel se le empezó despellejar muy rápido, como cuando se pela después de quemaduras por el sol. Después se le puso muy roja e irritada".
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