domingo, 25 de marzo de 2012

Después de la represión llegó la tregua

Cansados de la falta de oportunidades, los habitantes de la región patagónica se organizaron, bloquearon rutas y se manifestaron tan fuerte que el grito de rabia retumbó en los pasillos de La Moneda, en las barbas del presidente.
Durante siglos fue uno de los lugares más desconocidos del planeta. Temor de los marinos y sueño de los utópicos. Hoy las cosas han cambiado, pero no del todo. Aysén sigue siendo una región aislada. La vida en el sur de Chile jamás ha sido fácil, pero el problema actual no es sólo de conectividad, sino principalmente del tratamiento centralista que los gobiernos de turno han dado a la zona. Cansados de la falta de oportunidades, los habitantes de la región patagónica se organizaron, bloquearon rutas y se manifestaron tan fuerte que el grito de rabia retumbó en los pasillos de La Moneda, en las barbas del propio presidente Sebastián Piñera y su ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter. La cosa subió de tono el pasado 13 de febrero, cuando los pescadores artesanales, transportistas y pobladores bloquearon una de las principales rutas de la zona, impidiendo el abastecimiento de la ciudad. Las demandas de los hombres de mar por sus cuotas de pesca, las quejas de los camioneros por los precios de los combustibles y las peticiones por más y mejor salud y educación comenzaron a visibilizarse con fuerza y amenazaban con incendiar otra vez la pradera, como aconteció el año pasado en Tierra del Fuego –por quejas similares– o en Santiago con el movimiento estudiantil.
http://www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/4-190367-2012-03-25.html

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