Los votantes de Ohio han votado en contra de una ley estatal que frenaba los derechos sindicales –en una serie de reveses para las iniciativas conservadoras en todo el país, que podría ser un gran aliciente para Barack Obama y los demócratas, menos de un año antes de las elecciones presidenciales–. El referéndum de Ohio, en una medida que limitaba en mucho las negociaciones colectivas de los derechos de sector de los sindicatos, era el resultado observado más de cerca en la elección de la noche del último martes, en un estado clave, pendular, que a menudo decide el resultado de las elecciones presidenciales.
La ley fue rechazada por un margen de 62 a 38 por ciento. Pero los analistas advirtieron ayer que, dado el bajo número de electores en esas elecciones (aquellas que tienen lugar en un año en que no hay elecciones presidenciales), el resultado no garantizaba que Obama saliera victorioso en un estado en que prevaleció por un margen de sólo 4,6 por ciento en 2008 y uno que nuevamente podría ser oscilante en las elecciones del próximo noviembre para la Casa Blanca.
No obstante, representa un muy necesario éxito para el movimiento sindical, una importante fuente de financiamientos y organizaciones de base para los demócratas, pero cuya influencia y cantidad de miembros ha disminuido en los últimos años.
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