En los últimos meses, en Panamá, han aumentado las protestas de las comarcas indígenas Ngäbe Bukle y de las organizaciones campesinas en las provincias de Bocas del Toro, Chiriquí y Veraguas. El eje de las demandas ha sido claro: las organizaciones de base panameñas tienen que acumular fuerzas para ponerle freno a las políticas neoliberales del presidente Ricardo Martinelli.
En ese marco es que nació hace algunas semanas el Movimiento Independiente Ngäbe Bukle y Campesino, en el que participan otras organizaciones ya consolidadas como la Unión Campesina Panameña -formada en 2008 y que integra la CLOC/Vía Campesina-, y el Frenadeso (Frente Nacional por la Defensa de los Derechos Económicos y Sociales).
El dirigente Erick Fernández, de la Unión Campesina Panameña, explicó tras la reunión fundacional del movimiento que el mayor objetivo de este espacio es mejorar la coordinación entre las organizaciones que han coincidido en luchas recientes, entre ellas el rechazo a la reforma del código minero.
Fernández advirtió, en una entrevista realizada por Frenadeso Noticias, que el aumento del militarismo y la represión gubernamental se ha visto en “proyectos de muerte” vinculados a la gran minería, las represas hidroeléctricas y los emprendimientos turísticos que desplazan a pueblos originarios.
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