El 12 de febrero se cumplieron seis años del asesinato de la monja estadounidense Dorothy Stang, una defensora de los derechos humanos que vivía en el Estado brasileño de Pará, y que además fue una incansable militante de la lucha por la tierra.
“Los intereses del capital y de los grupos que asesinaron a la hermana Dorothy continúan estando presentes”, denunció esta semana la Comisión Pastoral de la Tierra (CPT), en un documento para homenajear a la militante fallecida.
Las tensiones y los conflictos en la norteña región de Pará siguen siendo moneda corriente. La CPT pone como ejemplo que organizaciones locales bloquearon en enero una ruta de acceso a un establecimiento, para impedir la retirada ilegal de la madera.
Otra situación preocupante que ponen sobre la mesa grupos como la CPT es la “completa falta de fiscalización” que deberían ejercer los organismos del Estado en esta apartada zona del Brasil.
A eso hay que sumarle las permanentes denuncias por trabajo esclavo, la explotación infantil en los establecimientos rurales y la violencia que ejercen los sicarios contratados por los grandes latifundistas.
Solamente en 2010, la CPT registró 18 asesinatos de trabajadores del campo en Pará, el doble de los que ocurrieron un año antes en ese Estado.
“La sangre vertida por Dorothy clama para que la vida y los intereses de las comunidades ribereñas y de la selva estén por encima de los intereses económicos”, afirman desde la CPT.
Foto: http://mst.org.br
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