Encerrada en su celda, cuando todavía estaba en Múrmansk, mientras esperaba que comience el juicio por "vandalismo" que la pondrá en el banquillo junto a los 29 tripulantes que viajaban en el rompehielos Arctic Sunrise por una campaña de Greenpeace en Rusia,Camila Speziale agarró una lapicera negra y un papel para enviar un mensaje a sus compañeros en la sede argentina de la ONG.
En la carta, que fue publicada hoy en el Tumblr Letters from the Arctic 30 que Greenpeace creó para subir las misivas de los 30 detenidos a sus seres queridos, Camila se muestra optimista y fiel a sus ideales. "Espérenme, que no puede faltar mucho", les dice a sus compañeros, acompañado con un guiño hacia ellos, cuando les pide que vayan comprando las cosas para hacer una picada en la oficina.
La joven de 21 años dirige la carta "a toda la oficina" y firma con su sobrenombre, "Cami", acompañado por un símbolo de la paz y un corazón.
"Los quiero con el corazón. El sincero corazón, loco y apasionado, que me trajo tan lejos; que es terco y lucha por sus ideales", comienza el texto.
"Los extraño", destaca con mayúsculas, en el fragmento más emotivo de la carta. "Todos los días, pienso en ustedes contantemente -dice-. Pienso en nuestro reencuentro, en donde los abrazos se concreten y cuando, juntos, sigamos proyectando nuestros ideales, para lograr un mundo menos amenazado".
"¡Espérnme!", exclama Camila a través de su puño. "Que no puede faltar mucho", confía.
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