Dos personas enmascaradas asesinaron en la madrugada de este sábado al dirigente campesino paraguayo Vidal Vega, integrante de la Comisión Sin Tierra de los campesinos que luchan por el predio de Marina Cué, en el departamento de Canindeyú y donde fueron asesinados el 15 de junio 11 sin tierra, a unos 35 kilómetros de la ciudad de Curuguaty.
El dirigente era un colaborador clave en investigaciones para el esclarecimiento de esa masacre, en la que también fueron asesinados seis policías.
Según la información que circula en varios medios paraguayos hoy, dos personas enmascaradas golpearon la puerta de la casa de Vidal Vega en la colonia de Yvy Pytã, a unos cinco kilómetros de Marina Cué (de unas 2000 hectáreas) y con la Ruta 10 “Las Residentas” de por medio.
Según informa Paraguay.com, los sicarios llamaron a la puerta de la casa de Vidal Vega a eso de las 4 de la madrugada y sin mediar palabra lo balearon con escopetas. El dirigente murió en el acto, informa ese medio.
En un comunicado de prensa la Coordinadora Nacional de Organizaciones de Mujeres Trabajadoras Rurales e Indígenas (CONAMURI) destaca el ensañamiento con el que los sicarios asesinaron a Vidal Vega frente a su familia.
"Es un caso más de criminalización de la lucha social, responsabilidad de un Estado que no ofrece respuestas a los reclamos del sector campesino que históricamente viene procurando tan sólo un pedazo de tierra donde vivir", señala CONAMURI.
Según el Periódico de Interpretación y Análisis E’a, Vega asumió la titularidad de la Comisión Sin Tierra de los campesinos que luchan por Marina Cué tras la masacre del 15 de junio. "Últimamente encabezaba las gestiones para que las familias accedan a aquellas tierras. El atentado contiene un mensaje ’pedagógico’ amedrentador para la comunidad", explica el periódico.
Varios medios paraguayos informan hoy que el doctor Domingo Laíno, presidente de la Plataforma de Estudios e Investigaciones de Conflictos Campesinos (PEICC), aseguró que Vega era un testigo clave de lo ocurrido en Marina Cué. Se trataba de un colaborador importante de la Plataforma, que publicó a comienzos de octubre un extenso estudio que concluyó, entre muchas otras cosas, que en la masacre del 15 de junio los agentes policiales realizaron ejecuciones extrajudiciales y hubo falta de asistencia médica a los detenidos heridos.
Ese día, temprano de la mañana, un gran operativo policial entró al predio de Marina Cué para desalojar a unos 50 campesinos sin tierra (entre los que había mujeres y niños) que reclaman el terreno, ocupado irregularmente por la empresa agrícola ganadera Campos Morombí. Los campesinos señalan que se trata de un predio estatal que debe ser destinado a la reforma agraria. La violenta avanzada policial sobre el terreno, y unos disparos con armas de grueso calibre que mataron a algunos efectivos policiales, terminaron con un enfrentamiento en el que murieron los 11 campesinos y los seis policías.
El informe de la PEICC menciona que ni los policías ni los campesinos que fueron consultados para la investigación o hablaron en los medios identificaron quién empezó a disparar, o al menos cuál de los dos bandos lo hizo. Algunos de esos testimonios apuntan que francotiradores infiltrados ubicados alrededor de Marina Cué fueron los que iniciaron el tiroteo. Esa tesis tiene muchísima fuerza en Paraguay, incluso en integrantes del ex gobierno de Fernando Lugo, que aseguran que la también llamada "masacre de Curuguaty" fue armada para derrocar al ex presidente.
En tanto, la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo (CLOC-Vía Campesina) pide este sábado atención al caso del asesinato de Vidal Vega, "en el que la Policía ha anunciado la captura de un supuesto implicado, según testimonios de vecinos". "Esta persona bien puede ser un chivo expiatorio para cubrir a los verdaderos responsables que están detrás del atentado criminal", agrega.
"Exigimos una investigación profunda y seria sobre este hecho perpetrado en el marco de la lucha social, cárcel a los responsables y justicia para la memoria de Vidal Vega", sigue la CLOC. "Apelamos a la solidaridad de la comunidad internacional para denunciar, mediante acciones concretas, la Masacre de Curuguaty, trasfondo de un juicio político que instaló en el Paraguay un golpe de Estado parlamentario", sentencia.