China avanza con paso seguro en su ambicioso programa espacial. Pekín lanzará al espacio a “mediados” de este mes una nave tripulada, que se acoplará con un módulo que se encuentra en órbita terrestre, según ha informado este sábado la agencia oficial Xinhua. La nave Shenzhou-9 y el cohete que la transportará ya han sido situados en la torre de despegue en la base de lanzamiento de satélites de Jiuquan, en el noroeste de China.
Se trata de la primera misión tripulada que lleva a cabo el país asiático desde septiembre de 2008 y es también la primera en la que se produce un acoplamiento en el espacio con la participación de astronautas.
Shenzhou-9 se unirá al laboratorio espacial Tiangong-1, que descendió a una órbita adecuada para la maniobra a principios de junio, según han asegurado portavoces del Gobierno sin identificar.
Niu Hongguang, vicecomandante del programa espacial tripulado, había asegurado previamente que tres astronautas participarán en el viaje, alguno de los cuales podría ser una mujer, pero que la selección final no se hará hasta el último momento.
La unión de los dos vehículos será realizada manualmente, lo que permitirá a los científicos chinos ensayar una tecnología que los estadounidenses y rusos dominan desde la década de 1960. Dos astronautas pasarán a Tiangong-1, mientras el tercero permanecerá en la nave Shenzhou-9 por si se produce una emergencia, según el portavoz.
Tiangong-1 fue lanzado el 29 de septiembre del año pasado. Poco más de un mes después, a principios de noviembre, se acopló con éxito con la nave Shenzhou-8, que no estaba tripulada. Los dos vehículos llevaron a cabo la maniobra en dos ocasiones, tras lo cual Shenzhou-8 regresó a la Tierra. Fue la primera ocasión en que China realizaba una maniobra de este tipo.
Pekín se ha fijado como objetivo tener una estación espacial permanente, en la cual una tripulación pueda vivir durante varios meses, para 2020. Sustituiría a Tiangong-1 y tendría una masa de unas 60 toneladas, bastante más pequeña que la Estación Espacial Internacional, en la que participan 16 países.
El Gobierno chino lanzó su propio programa para desarrollar una estación espacial después de ser rechazado de la estación internacional, en gran parte por las suspicacias estadounidenses. Washington temía la relación que existe en China entre el programa espacial y el Ejército y no quería compartir su tecnología con un rival político y económico.
Pekín considera el programa espacial como un símbolo de su creciente poderío económico, político y tecnológico. Desde que en 2003 colocó a un astronauta en órbita por primera vez, ha progresado de forma continua, con la realización de viajes tripulados, que han incluido, entre otros, un paseo espacial. Este año, prevé llevar a cabo dos acoplamientos en órbita. Dentro de sus planes, está también enviar algún día astronautas a la Luna.
No hay comentarios:
Publicar un comentario