La visita del Papa a México, desde hoy hasta el próximo lunes, traerá un mensaje de esperanza, reconciliación y paz al país de habla hispana con mayor cantidad de católicos del mundo, expresó el obispo Abelardo Alvarado.
De una población de unos 108 millones de mexicanos, el 91 por ciento de ellos profesan esa religión, según datos del Vaticano.
La estancia del Sumo Pontífice será en Guanajuato, estado que desde hace tiempo se prepara para tributar una extraordinaria acogida durante cuatro días.
Por motivos de salud no se incluyó la presencia del Padre Santo en la capital mexicana, ubicada a dos mil 200 metros sobre el nivel del mar.
El carácter de la visita será de Estado y Pastoral, según comunicó la Secretaría de Relaciones Exteriores.
El arzobispo de la ciudad de León, José Guadalupe Martín Rábago, refirió que la visita de Benedicto XVI a Guanajuato es una recompensa, porque su población se ha mantenido mayoritariamente fiel a la Iglesia católica.
Su palabra, prosiguió el prelado, nos llamará a favorecer un clima de paz, no solo en esos días, sino de manera permanente.
La sociedad mexicana enfrenta una indetenible escalada de violencia, provocada por la pugna entre los carteles de narcotraficantes y por los enfrentamientos contra estos de los efectivos gubernamentales, con un trágico saldo de 50 mil muertes en este quinquenio.
El secretario de Estado del Vaticano, cardenal Tarcisio Bertone, hizo alusión a la necesidad de que se comprometan todas las instancias religiosas, civiles y sociales para superar esa fase y fundar nuevamente al país sobre valores cristianos.
Para garantizar la seguridad del insigne visitante estarán movilizados más de cinco mil efectivos de las fuerzas federales y estatales, bajo el mando del Estado Mayor Presidencial; así como unos 100 mil jóvenes que formarán vallas humanas para resguardar su paso.
Igualmente, unos cinco mil profesionales de la salud, entre médicos, enfermeras y paramédicos, estarán ubicados en todos los lugares, donde se celebren las actividades.
Será esta la sexta ocasión en que un Sumo Pontífice visite México, después de las cinco realizadas por Juan Pablo II en 1979, 1990, 1993, 1999 y 2002.
Benedicto XVI ya estuvo antes dos veces en el continente americano. En 2007, en Brasil, y en 2008, en Estados Unidos.
Su Santidad llegará este viernes en horario vespertino al aeropuerto de Silao, localidad que forma parte de la zona metropolitana de la ciudad guanajuatense de León, donde se realizará un acto de bienvenida.
En esa ceremonia están previstos honores militares, las palabras del presidente Felipe Calderón y un mensaje del visitante, quien seguidamente se trasladará a la residencia del Colegio de Miraflores.
Al día siguiente encabezará una misa en la capilla de ese Colegio; posteriormente se entrevistará con el mandatario; y luego saludará a miles de niños en la Plaza de la Paz.
El venidero domingo oficiará la Santa Misa en el Parque Bicentenario, a la cual se espera que asistan más de medio millón de feligreses.
Tendrá además un encuentro con los obispos de México y demás países de Catedral de la Madre Santísima de la Luz. Finalmente, el lunes, en horas de la mañana, partirá rumbo a Santiago de Cuba, provincia oriental cubana.
El gobierno estatal calculó que la presencia del Papa atraerá a aproximadamente a unos 700 mil visitantes.
Guanajuato, considerado el corazón católico de México, tiene poco más de cinco millones de habitantes, con el 95 por ciento seguidores de esa fe.
Ese estado es la cuna de la independencia nacional, levantada por el cura Miguel Hidalgo el 16 de septiembre de 1810.
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