La empresa transnacional británico-australianaBHP Billton ha iniciado la explotación de las minas de Yeeliree desde hace dos años cuando se anuló la prohibición sobre la extracción de minerales radioactivos en esta zona.
En este sentido, el líder de la tribu Wonghata, Geoffrey Stokes, indicó: “no necesitamos uranio. ¿Para qué vamos a contaminar el país a cambio de dinero?”.
Distintas organizaciones de los pobladores indígenas de la región occidental australiana sostienen que unas 99 compañías participan además de BHP Billton en proyectos similares, a pesar de las exigencias de los expertos para llevar a cabo estudios previos sobre los efectos negativos de dichas minerías sobre la salud y el medio ambiente.
Las protestas de los habitantes aborígenes de la región occidental del continente se iniciaron desde hace décadas a fin de impedir la extracción del uranio en la región.
Un estudio realizado por los parlamentarios australianos en 1997 concluyó que minas como el Rum Jungle, en el norte del continente, han destruido la flora y fauna de manera irreversible a lo largo de 10 kilómetros del territorio y han producido entre los habitantes de esta región, enfermedades desconocidas, además de cáncer.
El estudio sostiene además que se han depositado unos 60 millones de toneladas de desechos radioactivos en las cuencas subterráneas debido a este proyecto y la de Olympic Dam.
La Asociación Nuclear Mundial indica que en Australia están ubicados más del 23% de los depósitos mundiales de uranio.
Actualmente Australia extrae 10.000 toneladas de oxido de uranio al año.
El gobierno australiano afirma que sus exportaciones de uranio a países como Corea del Sur, Estados Unidos y Japón no son utilizados en la fabricación de armas nucleares.
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