Unos mil manifestantes indígenas pusieron en jaque al primer presidente indígena de Bolivia, Evo Morales, y eso, para muchos analistas, es un aspecto central del conflicto generado por la construcción de una carretera que atravesaría el parque nacional TIPNIS.
Esa tensión es señalada, entre otros, por el reportero de la boliviana Radio Erbol, que hoy informó, en comunicación con el servicio informativo de ALER, que el presidente Morales dio marcha atrás con su propuesta, al anunciar que someterá a consulta popular las polémicas obras en el Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS).
Morales optó por dejar la decisión en mano de las autoridades de los departamentos de Beni y Cochabamba. “Que decidan los dos departamentos beneficiarios, y mientras queda suspendido el proyecto”, manifestó el mandatario, que ha justificado la iniciativa vial a partir de las “demandas de la población” local.
Los grupos indígenas que se oponen a la iniciativa temen impactos negativos sobre esta reserva de flora, fauna y agua dulce. Y no es para menos: es el principal fruto de sustento de estas comunidades que viven principalmente de la caza, la pesca y la recolección de frutos.
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