Desde Roma
En busca de estabilidad económica y crecimiento, se aprobó ayer en la Cámara de Diputados el ajuste del gobierno de Silvio Berlusconi que impone recortes por unos 79.000 millones de euros para equilibrar las cuentas del Estado en 2014. De no haber sido aprobada, la imagen que presentó ayer durante la votación en el Senado el ministro de Economía, Giulio Tremonti, habría sembrado el pánico. Para justificar la necesidad de las medidas, Tremonti trajo a colación el Titanic, donde no se salvaron, dijo, ni los pasajeros de la primera clase.
El proyecto de ley, que ya traía media sanción del Senado, fue aprobado por 314 votos a favor y 280 en contra. La oposición, liderada por el Partido Democrático y por Italia de los Valores, decidió votar en contra, pero no hacer obstruccionismo después de que el presidente de la República, Giorgio Napolitano, hiciera un llamado a la cohesión y a la responsabilidad para dar una fuerte señal a los mercados. Esta semana, en efecto, la Bolsa italiana tuvo dos importantes caídas, perdiendo cerca del 4 por ciento cada vez, lo que hizo temer a los gobiernos europeos que las indecisiones de Italia sobre las medidas a tomar pudieran acarrear nuevos problemas a las ya delicadas economías de Grecia, España, Irlanda y Portugal. Italia, por otra parte, está desde hace días en la mira de las agencias de calificación como Moody’s y Standard and Poor’s, que amenazan con disminuir el rating de su economía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario