Miles de personas empezaron a regresar ayer a la localidad canadiense de Slave Lake después de que dos masivos incendios forestales arrasaran el pasado 16 de mayo amplias áreas de la localidad y forzaran la huida de sus 7.000 habitantes.
Las autoridades canadienses dijeron que un 30 por ciento de la localidad, alrededor de 400 hogares y establecimientos de Slave Lake, resultaron destruidos por las llamas.
A pesar de la rapidez con que las llamas cercaron la población, situada a unos 3.690 kilómetros al noroeste de Toronto, ninguna persona resultó muerta en el incendio que consumió, entre otros edificios, el ayuntamiento y la estación de radio local.
Las autoridades canadienses habían impedido hasta ahora que los residentes de Slave Lake regresaran a sus hogares mientras los equipos de bomberos rastreaban la localidad para extinguir todos los rescoldos.
La provincia de Alberta, situada en el oeste de Canadá y donde se localiza Slave Lake, ha vivido una de sus peores primaveras en términos de incendios forestales por la falta de precipitación y las elevadas temperaturas.
A mediados de mayo, la provincia estaba afectada por 116 incendios forestales, 39 de ellos fuera de control. En un solo día, a mediados de mes, se iniciaron 69 nuevos incendios.
Cada año, Canadá, el segundo país más extenso del mundo tras Rusia, sufre unos 9.000 incendios forestales que consumen alrededor de 2 millones de hectáreas de bosque.
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