El parte oficial dijo que Emilio Eduardo Massera murió ayer a las 16 horas y a los 85 años por un paro cardiorespiratorio no traumático, como consecuencia de secuelas neurológicas, en el Hospital Naval. Pero no dijo todo. “El Almirante Cero”, como lo llamaban, formó parte de la junta militar que usurpó el poder en 1976. Con el regreso de la democracia, en 1985, fue juzgado por más de 1300 delitos. La justicia consiguió elementos para condenarlo a prisión perpetua por tres homicidios, 12 tormentos, 69 privaciones ilegítimas de la libertad y siete robos. Carlos Menem, en 1990, le devolvió la libertad con un indulto. En 1998, le dictaron prisión preventiva en una causa por robo de bebés, pero fue beneficiado con el régimen de prisión domiciliaria. La reapertura de los juicios por los crímenes de lesa humanidad tampoco pudo alcanzarlo: en 2005 fue declarado inimputable por demencia. Massera murió sin confesar sus crímenes. Y sin pagarlos.
Rescato noticias de interés en la recorrida por los medios de comunicación, busco una forma de comunicación transversal, seleccionando, recortando, la realidad que me interesa divulgar.gracias por visitar el blog. Daniel
martes, 9 de noviembre de 2010
El genocida Massera murió sin confesar ni pagar por sus crímenes
Fue consecuencia de un paro cardiorespiratorio. El jefe del terror en la ESMA se llevó a la tumba la información sobre el destino de los miles de desaparecidos que pasaron por ese centro clandestino. En los últimos años evitó la cárcel.
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